La bóveda donde descansan los restos de Camila O'Gorman y Uladislao Gutiérrez fue abierta para su identificación en medio de un estado crítico. Pilar O'Gorman, sobrina chozna de la joven fusilada en 1848, persigue que la cripta sea restaurada y declarada Patrimonio Histórico. La presencia del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, destacó la relevancia histórica del evento.
Un equipo de investigadores abrió la bóveda familiar de los O’Gorman en el cementerio de La Recoleta con el objetivo de identificar los restos de Camila O’Gorman, quien en 1848 fue fusilada junto al cura Uladislao Gutiérrez por su amor prohibido y se ha convertido en una figura histórica de gran impacto en la Argentina. El estado de la cripta, que ha sido objeto de una lucha prolongada, reveló una realidad desalentadora: el lugar está en grave peligro de colapso y su deterioro es evidente.
La bóveda, ubicada en el sector 9, calle n°3 del cementerio, lleva el rótulo “Familias de O’Gorman y Isla”. Pilar O’Gorman, sobrina chozna de Camila, detalló que el candado que aseguraba la entrada se perdió y que la puerta estaba cubierta de polvo y telarañas. La falta de mantenimiento es alarmante; el vidrio de la puerta está roto y la bóveda está marcada por un abandono evidente, con cintas blancas atadas a los hierros, un homenaje improvisado al romance trágico de Camila y Uladislao.
Un empleado del cementerio, equipado con una amoladora, rompió el cerrojo para permitir el acceso a la cripta. Al abrir las puertas, se descubrió un espacio reducido, con paredes descascaradas y ladrillos agrietados. Dentro, tres urnas cubiertas de polvo y escombros estaban amontonadas, mientras que una de ellas estaba volteada, mostrando el riesgo inminente de que sus cenizas se derramaran. La cripta, que podría extenderse hasta 9 metros de profundidad, presenta una estructura inestable con signos de un posible colapso.
El gerente del cementerio, Gustavo Rossi, explicó que el deterioro de la bóveda se debe a filtraciones causadas por un caño roto de AYSA que inundó y debilitó la estructura. “Se está arreglando ahora”, aseguró Rossi. La situación es crítica, y el proceso de restauración podría verse afectado si no se recibe la colaboración de los propietarios de la bóveda.
Durante la apertura, los empleados del cementerio, Héctor Cruz, Gabriel Roldán y Alan Martínez, retiraron las urnas y tomaron nota de las inscripciones. Se identificaron restos de varios miembros de la familia O’Gorman, pero el cráneo de Ernestina O’Gorman de Dhers fue el único hallazgo destacado en la urna más grande. La identificación exacta de los restos de Camila O’Gorman sigue siendo incierta, y la posibilidad de realizar un análisis de ADN se considera una opción viable para futuras investigaciones.
Pilar O’Gorman ha estado trabajando arduamente para restaurar la bóveda y que sea reconocida como Patrimonio Histórico. “Esta bóveda es compartida, y la otra parte de la familia tiene el título de propiedad”, explicó Pilar. La ley establece que el cementerio debe intervenir en caso de peligro de derrumbe, y si no se recibe respuesta de los propietarios, el lugar podría ser convertido en un punto de interés turístico. Pilar también está colaborando con la Legislatura porteña y el Senado para obtener apoyo y financiamiento para la restauración.
El Arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, participó en la apertura debido a su interés en la historia de la familia O’Gorman y su contexto histórico. “Soy licenciado en Historia de la Iglesia. Mi tesis en la Universidad Católica fue sobre la epidemia de fiebre amarilla de 1871, en la que los hermanos de Camila fueron protagonistas. También he trabajado en la defensa del patrimonio histórico de los cementerios”, dijo García Cuerva. Su presencia destacó el valor histórico y cultural de la bóveda.
La historia de Camila O’Gorman y Uladislao Gutiérrez es ampliamente conocida, en parte gracias a la película de los años 80 que relató su trágica historia de amor. Camila nació el 9 de julio de 1825 y fue fusilada el 18 de agosto de 1848 tras huir con Uladislao, quien también fue ejecutado. La trágica figura de Camila y su relación con el cura han generado un interés duradero en la historia argentina.
Pilar O’Gorman y el historiador Héctor Daniel De Arriba, quien también apoya la causa, consideran que la apertura de la bóveda es un avance significativo. “Estuvimos esperando mucho tiempo que esto sucediera. Aguardábamos este resultado, era difícil que se encontrara identificada a Camila en un ataúd, dado la cantidad de años que pasaron. Pero haber podido abrir el mausoleo y que se empiece a recuperar es un gran paso, una gran reivindicación para Camila y Uladislao”, concluyó Pilar.
Al finalizar la jornada, el gerente del cementerio colocó un nuevo candado en la bóveda, bromeando con el toque de humor negro que caracteriza a quienes trabajan en camposantos: “Ahora tienen el candado de Dios”, comentó Rossi.
((FUENTE: CRONICA)