Desde temprano, hinchas, jugadores y referentes del fútbol argentino se acercan al estadio de Boca para despedir a uno de los técnicos más queridos y respetados del país.
El fútbol argentino vive una jornada de profundo dolor. Desde las primeras horas de la mañana, una marea de hinchas comenzó a acercarse a La Bombonera para despedir a Miguel Ángel Russo, quien falleció el miércoles a los 69 años en su casa, rodeado de sus seres queridos. El velorio se lleva a cabo en el Hall Central del estadio, un lugar emblemático que el entrenador convirtió en parte de su historia, y permanecerá abierto al público entre las 10 y las 22.
El homenaje se transformó en una muestra de amor popular. Decenas de coronas y arreglos florales fueron ubicados en la entrada del estadio, mientras los simpatizantes esperaban pacientemente su turno para ingresar. Algunos llevaron camisetas, banderas o fotos, otros simplemente eligieron el silencio o el aplauso como forma de agradecimiento.
En un ambiente cargado de emoción, los cánticos por el director técnico se mezclaron con las lágrimas de quienes lo vieron consagrarse en Boca y lo recuerdan como un hombre noble, trabajador y humilde.
Antes de la apertura al público, el plantel profesional, junto con el cuerpo técnico y dirigentes encabezados por Juan Román Riquelme, participaron de una ceremonia íntima. Allí, entre los más cercanos, se vivieron momentos de recogimiento y respeto absoluto. Russo, que había regresado al club para una segunda etapa al frente del equipo, mantuvo siempre un vínculo afectivo con los jugadores y con todo el entorno xeneize.