El conjunto de Marcelo Gallardo sacó ventaja con contundencia en el primer tiempo. Por la fecha 4 de la Zona A de la Copa de la Liga, River Plate y Racing animaron un gran clásico en el estadio Monumental.
Igualaron 2-2, gracias a los goles de Esequiel Barco y Nicolás de la Cruz para el local en el primer tiempo, y de Copetti y Miranda para los de Avellaneda en el complemento.
Le costó el inicio a la Banda ante un Racing que ofreció una propuesta osada, jugándole de igual a igual. De hecho, por momentos hasta se jugó al ritmo que propuso la visita. Encima, en el medio perdió a Enzo Pérez por lesión (ingresó Bruno Zuculini). Así y todo, River generó dos chances a fondo. Un ingreso de Elías Gómez por izquierda que tapó el otro Gómez (Chila) y un remate de Enzo Fernández que se marchó desviado.
Hasta que a los 26, Esequiel Barco quebró la resistencia con una acción individual: picó y sacó un tiro ajustado para anotar su primera conquista con la casaca del Millonario. A partir de allí, apareció el mejor River. Con un Barco desequilibrante, con Enzo Fernández y su olfato para atacar espacios y el peligro latente que implica Julián Álvarez. Llegó al área adversaria varias veces, pero el arquero Gómez y el palo le impidieron ampliar la ventaja.
Hasta que a los 42′, Álvarez presionó alto, provocó el error de Sigali, Simón habilitó a De la Cruz, y el uruguayo no perdonó: 2-0, gracias a un lapso de lucidez y la renta del pressing que es marca registrada.
La Academia no se desmoronó. No modificó su plan y buscó avasallar a su rival, con convicción. Y provocó situación de gol tras situación de gol. Con Moreno como eje y Hauche como factor de desequilibrio, Sigali y Chancalay tuvieron sus chances, Paulo Díaz la sacó en la línea... A los 17′, el Demonio lanzó un centro preciso que Copetti desvió de palomita para el descuento.
Los de Gago continuaron buscando sin temor, River,aún sufriendo mucho con los centros cruzados, contó con sus oportunidades de contra, como el remate lejano de Zuculini que Chila Gómez sacó por encima del travesaño.
La insistencia tuvo su premio, hundiendo la daga en el talón de Aquiles que exhibió el dueño de casa: los envíos aéreos. Allí apareció Miranda a los 37′ del complemento, poniéndole la testa a una segunda jugada, para firmar el 2-2.
El resultado terminó siendo justo. Y dejó con un sabor amargo a River, que no logró acomodarse en la cima de la Zona (con 7 unidades, quedó a una de Banfield, el líder). Racing (seis) tal vez halló un más que interesante punto de partida para abandonar la irregularidad y empezar a creer con fuerza en el proyecto Gago.