El balance de la pretemporada de River inevitablemente dejará el mal sabor de las lesiones que redujeron a un plantel que ya había quedado acotado por siete bajas, tres convocatorias al Preolímpico y un mercado de pases que de momento no sumó caras nuevas a excepción de un Nicolás Fonseca que llegó con delay por una gestión de mitad de año.
Desde el Trofeo de Campeones River parece transitar un camino de espinas que en el último tramo de esta preparación encima vinieron con temperaturas bajo cero y, este sábado, con un escenario de mínima bizarro, en un campo de juego preparado para el fútbol americano que además estaba en mal estado.
Por lo demás, le habrá servido a Martín Demichelis para entender en dónde está parado su equipo para encarar el 2024: el partido con Pachuca en la gélida Dallas fue la última prueba antes del inicio de la competencia en una semana y deja conclusiones para lo que vendrá en lo inmediato. Por empezar, contra los Tuzos una buena noticia fue una levantada en el nivel de Matías Kranevitter para recuperar y distribuir en una mitad de la cancha que genera una lógica incertidumbre por las salidas de Enzo Pérez y Nicolás de la Cruz: el Colo tuvo quites altos en el campo y buenos pases hacia adelante en un equipo al que ayer le faltó fineza en los últimos tramos del campo. ¿Otra buena? Barco: aún sin ser decisivo en el último toque, el 21 está un ritmo más arriba que el resto y se lo nota con confianza y asumiendo más responsabilidades. Eso sin contar, claro, el nivel de un Franco Armani que fue la gran figura de la cancha, uno de los principales motivos por los que ganó River con atajadas acordes a su CV y el punto en el que se extinguieron varias descoordinaciones defensivas.
La otra razón por la que ganó River, claro, es Miguel Ángel Borja: más comprometido que antes en el sacrificio para tirarse a los costados para recuperar, el colombiano igual sigue cumpliendo con su cuota goleadora (ya había anotado en los 45 minutos que jugó contra la selección de la MLS en el primer ensayo), aún con un equipo que casi nunca le generó situaciones propicias ni desde el medio ni en la compañía de un errático Colidio: casi todas las chances que creó el CARP obedecieron a errores no forzados en la floja salida del conjunto que tuvo de 9 a Rondón que a asociaciones colectivas propias.
Aunque en resumen, tal vez lo más destacado del paso de River por suelo yanqui haya sido Franco Mastantuono: el zurdo volvió a mostrar destellos de su calidad, actitud para pedirla y encarar y vocación ofensiva para pensar en el arco de enfrente: en pocos minutos, se generó una situación clara que terminó en un zurdazo que alcanzó a desviarle Carlos Moreno, el arquero de Pachuca.
Claro, hay varios puntos por mejorar. Tal vez la mayoría: la línea de fondo no dio demasiada seguridad, Lanzini y Nacho condujeron pero no estuvieron del todo finos, Fonseca en pocos minutos dejó en claro que le costará la adaptación al club...
Pero River va. ¿Le alcanza con lo que tiene? Depende para qué. En todo caso, la respuesta es el propio equipo el que parece advertirle a Demichelis que necesita algunos refuerzos puntuales.