Cristiano pasó de quebrarse al errar un penal a celebrar tras el partidazo de su arquero, quien tapó tres en la serie. Se viene Francia...
Maria Dolores dos Santos Aveiro se desliza sobre su butaca del palco, aliviada. La tensión corre por sus pantorrillas, todavía, pero es parte de la descarga. No fue fácil para ella ver esa imagen que conmovió al mundo entero: a Cristiano Ronaldo, a su hijo y leyenda, llorando desconsolado durante el entretiempo del suplementario, luego de un penal adivinado por Jan Oblak que olía a hazaña eslovena. El sufrimiento de Maria Dolores fue el de todo Portugal, que se recuperó del puñetazo en la quijada para avanzar a la siguiente ronda de la Euro, donde ya lo esperaba la Francia de Kylian Mbappé.Sufrió, Portugal. Posiblemente el pico de estrés lo haya vivido entre ese remate desviado por Oblak y el atajadón en modo Dibu Martínez de Diogo Costa, anticipando que sería héroe. Un desvío a Benjamin Šeško, quien pudo transformarse en el jugador más googleado de la tarde si transformaba en gol ese mano a mano post error de otro baluarte como Pepe. Un guiño del guión para los lusos. Y para su capitán, el que no logró imponerse en los 120’, que padeció por la ejecución adivinada, pero que se redimió y celebró.El toque a la derecha de Oblak en la serie fue el inicio de la remontada portuguesa. De un equipo de Bob Martínez que no logró lucir hasta aquí en la Euro, pero que se entusiasma igualmente con ganarla. El resto lo hizo Costa, histórico. Acertando en tres penales, entrando en los libros como el primer arquero en meter -si se permite el término- un hat-trick de de atajadas en definiciones de Euro. Ese hombre que a los 24 años ya es figura en Porto y que se encargó de allanarle el camino a su selección con los desvíos a Josip Ilicic, Jure Balkovec y Benjamin Verbic.El resto lo hicieron sus compañeros. Ronaldo, para celebrar el primero y ofrecer disculpas. Bruno Fernándes, para extender el score. Y Bernardo Silva, el crack del City, para sellar la clasificación, proyectando lo que será el duelo quizás más atractivo de la próxima ronda: el Francia-Portugal en el que se enfrentará una de las leyendas de la era que se termina (Cristiano) y el genio de la nueva (Mbappé). Será otra historia...