Con goles de Montiel, Santi López y Tarzia, el Rojo venció 3-0 al Tomba y se metió entre los ocho mejores del torneo. Vélez será su próximo rival.
Era un partido crucial para Independiente. Después de rescatar un empate ante Racing (0-0), en un clásico de Avellaneda en el que terminó con nueve hombres, el conjunto de Julio Vaccari tenía que ponerse la mochila de la responsabilidad al hombro para avanzar en la Copa Argentina, uno de los objetivos del semestre. El Rojo se hizo cargo, despachó a Godoy Cruz con autoridad y avanzó a los cuartos de final de una competencia en la que busca sacarse una espina: nunca logró llegar a las semifinales. Se ahogó en cuartos de final en 2019 con Beccacece y en 2022 con Falcioni. Nunca pudo superar esa barrera y ahora tendrá una nueva oportunidad de hacerlo contra Vélez.
Independiente detectó una falencia del Tomba en el primer tiempo y recurrió con frecuencia a los envíos largos a espaldas de los laterales rivales para atacar mediante sus extremos, Montiel y Santiago López. El equipo de Vaccari fue punzante por las bandas y los volantes interiores, Loyola y Lucas González, se asociaron con los punteros para generar juego y atacar por afuera al conjunto mendocino, que evidenció graves problemas en el retroceso. A diferencia del planteo defensivo que había dispuesto el técnico en el empate sin goles con la Academia, Independiente esta vez asumió el protagonismo y fue un equipo ambicioso, intenso en la presión, ofensivo, agresivo, que volcó mucha gente en ataque y mostró dinámica. Fue superior y tuvo las más claras en la primera etapa, pero López, Loyola y Montiel no lograron resolver en los metros finales. Lo llamativo fue que, a pesar del dominio del equipo de Avellaneda, Ávalos se mostró a contramano de las jugadas y no protagonizó ninguna ocasión de peligro. El conjunto de Vaccari no logró plasmar su dominio de las acciones en el marcador y, en un contragolpe, los dirigidos por el Gato Oldrá casi se sacan la lotería, pero Rey le ahogó el grito a Barrea.
En el complemento se acentuó el dominio del Rojo. Godoy Cruz no pudo tapar en ningún momento sus grietas: fue un equipo estirado y, si bien procuró adelantar las líneas, defendió alto pero sin ejercer presión, por lo que el equipo quedó largo y le dejó a Independiente muchos espacios para contragolpear. El equipo de Avellaneda sacó provecho de esa situación y se puso en ventaja tras un contragolpe conducido por López que capitalizó Montiel, quien convirtió su primer gol en el club. Al rato, el ex Argentinos no pudo aprovechar otra contra, pero López tuvo otra y, tras un gran centro de un Sporle que viene en alza desde su buen ingreso en el clásico de Avellaneda, sentenció el segundo. Y Tarzia bajó la persiana al sentenciar el tercero tras una jugada que construyeron Loyola y Cabelo.
El Tomba venía entonado, pero se cortó una racha de cuatro partidos sin caer, con tres victorias y un empate. Independiente sigue de racha: acumula cinco encuentros sin derrotas, con tres victorias y dos empates. El equipo además mostró solidez en todos esos encuentros, en los que no recibió goles. El duelo ante Godoy Cruz expuso la idea, la impronta, el sello que Vaccari quiere imprimirle a un equipo que busca dejar atrás los tiempos de tormenta para invitar a su gente a soñar con un futuro mejor.