El Presidente se reunió con su par paraguayo y compartieron una visión económica común. El viaje se dio en un contexto de tensiones internas y cambios geopolíticos.
En medio de un clima político convulsionado, el presidente Javier Milei aterrizó este miércoles en Asunción para mantener un encuentro bilateral con el mandatario paraguayo Santiago Peña, con quien comparte una visión económica alineada en torno a las ideas de la desregulación, el libre mercado y el equilibrio fiscal.
Fue la tercera reunión entre ambos desde que Milei asumió la presidencia, y se dio apenas un día antes del paro general convocado por la CGT. La visita coincidió con un contexto de incertidumbre global provocado por el posible regreso de los aranceles impulsados por Donald Trump en Estados Unidos, lo que también inquieta a los países miembros del Mercosur.
Argentina ocupa actualmente la presidencia pro tempore del bloque, y el viaje del mandatario también incluyó una agenda relacionada con la futura estrategia regional.
Tras reunirse en el Palacio de Gobierno, Milei y Peña ofrecieron una declaración conjunta en la que ratificaron su afinidad ideológica: “Tanto el presidente Peña como yo sabemos que el camino hacia la prosperidad no es otro que el de la desregulación y el superávit fiscal”, afirmó Milei, quien volvió a criticar la justicia social como modelo económico: “Al bien común se llega a través de las ideas de la libertad, y no desde la redistribución forzosa de la riqueza, que es la base del colectivismo”.
El líder argentino también elogió el desempeño económico de Paraguay en las últimas décadas: “Aplicaron consistentemente políticas de libertad económica, superaron la inflación y hoy no paran de crecer. Atraen inversiones y residentes de todo el mundo. Evidentemente, están haciendo las cosas bien”, afirmó.
Además, sostuvo que busca con Peña una relación bilateral que “acerque a nuestros países y eventualmente se traslade al resto de la región”, con la intención de construir una América Latina menos condicionada por el populismo, según sus palabras.
El viaje se desarrolló mientras en Argentina se agudizan los conflictos internos: la reciente renuncia del juez García-Mansilla a la Corte Suprema, el avance legislativo en la causa conocida como $LIBRA y la creciente presión de los sindicatos configuran un panorama complejo. A esto se suma la expectativa en torno al acuerdo con el FMI y los efectos que podría tener sobre la economía.