El país ubicado en Medio Oriente vive momentos de inestabilidad tras la llegada al poder de un movimiento insurgente y la huída de su expresidente.
Luego de 24 años aferrado al poder en la Siria que heredó de su padre, Hafez, quien a su vez lo tomó en 1971, el presidente Bashar Al Assad cayó este domingo tras 12 días de una vertiginosa ofensiva de una coalición islamista rebelde que asegura haber "liberado" al país árabe de las garras de quien consideran un "dictador".
El hombre que habría terminado sus días como presidente sirio embarcado en un avión con rumbo desconocido tras la toma de Damasco por parte de la alianza islamista Hayat Tahrir al Sham, lideró un gobierno que se enfrentó a un creciente descontento popular por la grave crisis económica y la escasez de productos básicos, que llevó a la inmensa mayoría de la población a sufrir inseguridad alimentaria y a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
LA HISTORIA DE BASHAR AL ASSAD
Al Asad estudió Medicina y se especializó en oftalmología en la capital siria, donde al acabar sus estudios ejerció como médico militar por un tiempo. El joven, al que no se le atribuían aspiraciones políticas, vio cómo, en 1994, una fortuita tragedia familiar cambiaría el curso de su vida para siempre: el accidente de tráfico que acabó con la vida de su hermano Basel, el hijo mayor y presumible heredero en el poder del entonces presidente sirio, Hafez al Asad.
Enseguida se enmendó la Constitución para que Bashar, entonces de 34 años, cumpliese con los requisitos de edad -mínimo 40 años- y se celebró un referéndum que respaldó su ascenso a la jefatura de Estado.
Inmediatamente luego de su desembarco en el poder, llegaron las campañas de arrestos de activistas y opositores, y, una década más tarde, la brutal represión de las protestas que estallaron en Siria en contra de su Gobierno en el marco de la "Primavera Árabe".
Resistió la presión de las calles y fue uno de los pocos dirigentes que continuaron en el poder desde las revueltas que estallaron en 2011 y tumbaron a los gobiernos de varios países de Oriente Medio y el Norte de África, si bien a costa de una guerra civil y la liquidación en la práctica de la unidad siria.
Su superviviencia desde 2016 quedó en manos de sus aliados rusos y de las milicias chiíes iraníes, libanesas e iraquíes que le permitieron recuperar territorio de los insurgentes. Formalmente, ocupó el poder con unas abultadas "victorias" electorales, como en los últimos comicios de 2021, donde logró hacerse con un 95% de los votos.