El padre Jorge Ariel Gimenez, párroco de la Catedral, acompañó a la comunidad en la fiesta de la Virgen de Guadalupe, que comenzó con una procesión desde la capilla ubicada en Maestro Argentino y Perú, durante la que se trasladó la imagen de María por las calles del barrio para culminar nuevamente en el templo, donde se llevó a cabo la celebración de la Eucaristía. Concelebró el fundador de la comunidad padre Tomas von Schulz y acompañaron los diáconos José Fernández y Juan Camilo López.
En su homilía, el padre Ariel Giménez destacó la actitud misionera de María: "Una vez que concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo, sintió un gran deseo de llevarlo a los otros”.
"María es nuestra madre y es fuente de esperanza “y animo a los fieles a participar con devoción en la apertura del Jubileo del Año Santo que se realizará el 29 de diciembre en la Iglesia Catedral de Goya.
Feligresía de la comunidad y peregrinos participaron de esta celebración, a pesar del calor que persistió durante la jornada. Las actividades comenzaron en el primer minuto del día jueves 12 de diciembre, con el saludo a la imagen de María de Guadalupe. Luego a las 6 la comunidad se reunio para rezar el Rosario de la Aurora, luego celebraron bautismos y un encuentro festivo para los niños. La procesion se cumplió a partir de las 19 y luego la misa central.
EL padre Tomas von Schulz, cuando era párroco de la Iglesia Catedral, fundó la capilla y fue muy bien recibido por la comunidad en esta nueva celebración en honor a la virgen.
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Es una advocación mariana de la Iglesia católica, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, en el norte de la ciudad de México.
De acuerdo a la tradición mexicana, la Virgen María se apareció cuatro veces a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac.
Según el relato guadalupano conocido como Nican mopohua, tras una cuarta aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga.
Juan Diego llevó en su ayate unas rosas ―flores que no son nativas de México y que tampoco prosperan en la aridez del territorio― que cortó en el Tepeyac, según la orden de la Virgen.
Juan Diego desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, morena y con rasgos mestizos.-