En el Vaticano, el Papa Francisco contrapuso "la fría actuación de las máquinas" con la creatividad y la imaginación humana.
En el día de su cumpleaños, el Papa Francisco recibió este martes en el Vaticano a un grupo de jóvenes que están participando de la tercera edición del "LaborDi", organizado por la Asociación Cristina de Trabajadores Italianos (ACLI, por sus siglas en italiano) de Roma.
El sumo pontífice, que cumplió hoy 88 años, instó a los jóvenes a no ceder ante "contextos laborales contaminados" en los que se les exige "hacer lo que sea necesario para que todo salga bien" y en los que los únicos objetivos con "obtener prestigio social o dinero".
Frente a este escenario, el Papa contrapuso la "fría actuación" de las máquinas en que pretenden convertir a los trabajadores a la creatividad y la "imaginación" humana.
E insistió en que no cedan "ante pedidos que humillan" en un "mundo laboral contaminado por modelos difíciles de aceptar. Modelos en los que el prestigio social y el dinero parecen ser los únicos objetivos".
"Somos 'piezas únicas', ayudémonos unos a otros a recordarlo", siguió Francisco en el marco de esta nueva edición de "LaborDì", el encuentro que busca "promover y poner el trabajo decente en el centro".
“Estamos hechos para la luz, para el aire libre. Así, una vez superada la adolescencia, el escenario del mundo se abre ante ustedes. Puede parecer abarrotado y distraído cuando llegue; y aún así, aún falta tu aporte, lo que siempre se te ha esperado. Con ustedes – y quisiera decir a cada uno: con ustedes– lo nuevo entra en el mundo. Todo, realmente todo puede cambiar”, aseguró el Papa.
Desde el "grito de la Tierra" y su "modelo equivocado de desarrollo", el Papa reflexionó además sobre la conexión presente entre cada ser humano citado en la encíclica Laudato si'. El mundo del trabajo también es "humano", aunque a veces esté contaminado "por dinámicas y comportamientos negativos que a veces lo hacen inhabitable". En los entornos profesionales son precisamente "nuestros vínculos" los que cuentan más que "los números y los resultados". Cultivarlos, uniéndolos a la "conciencia" de la propia "singularidad -que independientemente del éxito o del fracaso-", puede desencadenar una "revolución suave".