Este 5 de marzo se celebra el Miércoles de Ceniza, una fecha importante para los católicos pues es el inicio de la Cuaresma, es decir, indica que luego de 40 días llega el domingo de Resurrección. Este día los cristianos que se preparan para conmemorar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, acuden a las iglesias para llevar a recibir la cruz de ceniza.
Época atravesada por la penitencia que la Iglesia Católica propone en la previa de la Pascua, el miércoles de ceniza se celebra entre los fieles a través del ayuno y otras costumbres.
La fiesta tiene ritos sagrados: los fieles se acercan a las Iglesias para que los sacerdotes dibujen en sus frentes una cruz de ceniza. El material de esta combustión, que en la liturgia simboliza la fragilidad de la vida y por ende la sumisión a Dios, se produce gracias a la quema de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior.
Cuál es el significado del Miércoles de Ceniza
De acuerdo con la agencia católica de noticias, Aciprensa, la ceniza es producto de la combustión de algo por el fuego que adquirió sentido “simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia”.
En la tradición católica, esta ceniza proviene de la cremación de las palmas o espigas utilizadas en la Semana Santa anterior. Ese producto es ubicado en la frente de los creyentes, por parte de los curas, en forma de cruz.
Para completar el rito, mientras el padre impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” y “acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver”.
Ayuno por la Paz
El Papa Francisco pidió a los fieles católicos alrededor del mundo que este miércoles de ceniza realicen un “Ayuno por la Paz”: “Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. Que la Reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra”, dijo el sumo pontífice en la audiencia del pasado 23 de febrero.
La propuesta surge a partir de la invasión de Rusia a Ucrania, que entra hoy en su séptimo día con un aumento en la violencia y la crisis humanitaria. El Papa Francisco ya se había mostrado activo en su oposición a la guerra, cuando visitó fuera del protocolo la embajada de Rusia en el Vaticano o cuando habló por teléfono con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensnky, para expresarle su pesar por el conflicto.