Representantes de ambos países tenían previsto reunirse este jueves en la región bielorrusa de Brest, que limita con Polonia, para una segunda ronda de negociaciones cara a cara, luego de que la delegación rusa dijera que había una propuesta de alto el fuego sobre la mesa.
Rusia y Ucrania tienen previsto celebrar este jueves una segunda ronda de consultas con vistas a un eventual alto el fuego tras una semana de invasión militar rusa que ya provocó 1 millón de refugiados, mientras las fuerzas de Moscú continuaban por estas horas su ataque a la segunda mayor ciudad ucraniana tras tomar una localidad portuaria y cercar otra.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo este jueves que Moscú estaba listo para retomar el diálogo pero que, mientras tanto, continuará con su ofensiva en Ucrania a fin de destruir infraestructura que Rusia considera una amenaza.
Lavrov dijo que la delegación rusa enviada a las conversaciones en la vecina Bielorrusia, también fronteriza con Ucrania, ya entregó a la delegación ucraniana sus exigencias en la primera reunión del lunes pasado y que en la de hoy espera una respuesta.
El gobierno ruso del presidente Vladimir Putin pretende el reconocimiento de Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014, como territorio ruso y la desmilitarización, la "desnazificación" de Ucrania y la promesa de un estatuto de país neutro que frene su ingreso a la OTAN.
Ucrania, que el miércoles se manifestó lista para nuevas conversaciones pero dijo que no acepará "ningún ultimátum", exige un alto al fuego y la retirada de las tropas invasoras.
Desafiante, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, prometió este jueves en un mensaje de video que Rusia asumirá todos los costos económicos de la reconstrucción de Ucrania.
"Nos van a reembolsar por completo todo lo que han hecho contra nuestro Estado, contra cada ucraniano", dijo.
El recuento de 1 millón de huidos de Ucrania del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) representa un éxodo a un ritmo sin precedentes en lo que va del siglo y equivale a más del 2% de la población de 44 millones de personas del país europeo, dijo el organismo, que predice hasta 4 millones de refugiados por la guerra, o incluso más.
La evacuación masiva podía verse claramente en la oriental Jarkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania, donde residentes desesperados por escapar de las bombas y los ataques de artillería desbordaban la estación central de trenes y abordaban formaciones, a veces sin saber adónde se dirigían, informó la cadena BBC.
Por la noche, varias explosiones se escucharon en Kiev, la capital, resultantes de ataques rusos.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que uno de los bombardeos destruyó un centro de transmisiones el el barrio de Lysa Hora, unos 7 kilómetros al sur de la sede del Gobierno.
En un comunicado, dijo que se usaron armas de precisión y que no hubo ni víctimas civiles ni dañes en edificios residenciales cercanos.
El Ejército de Ucrania no se refirió a los ataques en un comunicado divulgado este jueves en el que solo dijo que fuerzas rusas se estaban "reagrupando" e "intentando llegar a la periferia norte" de Kiev.
El miércoles, en vísperas de la reunión de representantes de Rusia y Ucrania en la región bielorrusa de Brest, que limita con Polonia, la delegación rusa dijo que ya había una propuesta de alto el fuego sobre la mesa.
La reunión llegará al día siguiente de la caída en poder de Rusia de la sureña ciudad portuaria de Jerson, de 290.000 habitantes, situada a orillas del mar Negro.
Se trata de la principal victoria hasta ahora de las fuerzas rusas, que prosiguen su ofensiva en ciudades orientales, como Jarkov o Mariupol.
La oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo este jueves que 227 civiles murieron y 525 resultaron heridos en Ucrania en la primera semana de invasión, pero dijo estar convencida de que la cifra real es mucho mayor.
El servicio de emergencia de Ucrania dijo el miércoles que los muertos civiles eran más de 2.000.
La invasión será investigada por el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) por presuntos crímenes de guerra después de repetidas acusaciones de Kiev de bombardeos contra zonas residenciales.
Las autoridades de Jerson confirmaron el miércoles a la noche la caída de la ciudad, pero dijeron que la bandera ucraniana seguía ondeando en los edificios públicos.
El alcalde de Jerson, Igor Kolykhayev, anunció haber hablado con las tropas invasoras e impuso un toque de queda nocturno y la restricción de circular en automóvil.
"Hasta aquí todo va bien. La bandera que ondea encima nuestro es ucraniana. Y para que esto siga así, estas exigencias deben ser respetadas", señaló.
Jerson queda a un centenar de kilómetros de Crimea.
Las tropas rusas se hicieron ya con otro puerto importante del país, Berdiansk, y están atacando el de Mariupol, cuyo alcalde, Vadim Boichenko, aseguró que la ciudad está "sin luz, sin agua, sin calefacción".
Si cayera esta población, Rusia podría asegurarse una continuidad territorial entre las fuerzas procedentes de la península de Crimea y las llegadas de los territorios separatistas rusoparlantes de la región del este del país conocida como Donbass.
Otro punto caliente del conflicto es Jarkov, la segunda ciudad más poblada del país con 1,4 millones de habitantes, escenario ayer de fuertes bombardeos y de combates tras el aterrizaje de tropas aerotransportadas rusas.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) dijo que una de sus empleadas murió el miércoles en esa ciudad, donde "misiles, proyectiles y cohetes están impactando edificios residenciales y centros urbanos, matando e hiriendo a civiles inocentes".
Autoridades locales también denunciaron ataques aéreos en la cercana ciudad de Izium que mataron a ocho personas, incluidos dos niños.
La invasión provocó múltiples sanciones de gobiernos, instituciones y empresas occidentales para aislar a Rusia diplomática, económica, cultural y deportivamente.
El miércoles, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por aplastante mayoría (141 votos a favor, 5 en contra y 35 abstenciones) una resolución no vinculante para exigir a Rusia la retirada de sus tropas de Ucrania y "deplorar" su invasión.