El Presidente y su vice siguen distanciados, pero nadie quiere romper el Frente de Todos. Qué puntos se evalúan para sostener la unidad.
La relación entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner sigue en suspenso, aunque casi nadie pone en duda que el Frente de Todos evitará a toda costa una ruptura formal y hay quienes evalúan que en algún posible retoque en el Gabinete y proyectos puntuales de gestión funcionarían como prendas de unidad.
La tensión interna en el Frente de Todos podría no terminarse nunca. "El frente no se rompió con el acuerdo con el FMI sino que viene de antes, del armado de listas para las elecciones del año pasado", señaló a iProfesional una fuente del bloque de diputados del oficialismo.
Sin embargo, tanto en el "albertismo" como en La Cámpora y en el massismo coinciden en que están obligados a negociar una tregua. El caudal electoral del kirchnerismo, aún en baja respecto de años anteriores, "evita la fuga votos por izquierda" y la oposición "también tiene sus internas y posibles fugas por derecha", evalúan en el oficialismo, al tiempo que miran los números del Congreso y sentencian: "La ruptura no le conviene a nadie, no es opción".
La coincidencia general en el oficialismo es que Alberto Fernández y Cristina Kirchner deberían tener algún mano a mano. Hay quienes creen que en la pelea hay "un poco de todo, cuestiones políticas y personales". Un reencuentro "acomodaría las cosas", según consideraron fuentes gubernamentales y parlamentarias ante iProfesional. Luego se entraría en el detalle fino.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen sin hablar. Hay pedidos para que retomen el diálogo.
¿Cuáles son las condiciones para la tregua que evalúan en el Frente de Todos?
"Hay tensión por algún recambio", sinceró ante este medio un operador oficialista que se mueve entre las dos costas en que se divide hoy el Frente de Todos. Las miradas se posan sobre el Gabinete del Poder Ejecutivo.
Cristina Kirchner ya cuestionó públicamente ese aspecto del gobierno de Fernández cuando habló de "funcionarios que no funcionan". Tras la derrota electoral hubo cambios, pero no conformaron del todo al kirchnerismo, que sigue deslizando cuestionamientos a ministros como Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Claudio Moroni (Trabajo).
Sin embargo, días atrás la Casa Rosada dejó trascender que Alberto Fernández no aceptará la renuncia de Guzmán como condición. El Presidente trabaja codo a codo con él en los temas económicos y casi de manera exclusiva, según contó una fuente del oficialismo.
Con pocas definiciones en torno a la estructura del Gobierno -que además ya está "loteado" entre los integrantes de la coalición- el otro elemento unificador podría ser los temas puntuales de gestión, con proyectos sobre incentivos o ayudas para sectores de la economía o iniciativas en las que haya una coincidencia general.
Un ejemplo de esto último sería el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura que envió el Gobierno al Senado y que el Frente de Todos quiere aprobar sin fisuras, ante la posibilidad de que la Corte Suprema de Justicia asuma el control del organismo. Tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner son críticos del funcionamiento del máximo tribunal.
Los proyectos de gestión y el "puente" de Sergio Massa
Los temas vinculados a la solución de problemas puntuales son los que más interesan al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, la tercera pata del Frente de Todos, que optó por no inmiscuirse en la relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
"Trata de ser un puente entre todos los sectores, pero sin meterse entre ellos dos", deslizaron a iProfesional en su entorno, a la vez que confirmaron que habla tanto con el Presidente como con la vicepresidenta y que tiene muy buena relación con Máximo Kirchner. Massa cree que "no hay que dramatizar" la tensión en el frente.
Desde esa posición, confía en el consenso que se puede construir -incluso con la oposición- alrededor de proyectos como las leyes sobre Agroindustria y sobre Construcción, que proponen beneficios fiscales y medidas de aliento a esos sectores y que quiere tratar cuanto antes en Diputados.
Massa apuesta por promover desde el Congreso "políticas de Estado para el desarrollo, alrededor de la educación, de la economía del conocimiento, de los hidrocarburos, de la construcción, de la agroindustria, y del turismo", como señaló recientemente, y considera que ese tipo de temas facilitan el mantenimiento de la unidad.
Desde Diputados, Massa trata de impulsar proyectos que faciliten el consenso y mantengan la unidad oficialista.
Además, el líder del Frente Renovador sigue empujando la idea de "institucionalizar el Frente de Todos" con la conformación de una mesa política en la que estén representados todos los sectores, similar a la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio. Los primeros movimientos en ese sentido podrían darse próximamente en la provincia de Buenos Aires, según supo iProfesional.
Señales contradictorias
Si bien nadie piensa en romper la coalición por el momento, las señales de los dirigentes que reportan en el "albertismo" o el "cristinismo" son contradictorias, como se vio en oportunidad de la conmemoración del Día de la Memoria, el último 24 de marzo.
La movilización que llevó a cabo La Cámpora el pasado 24 de marzo dejó algunos gestos de acercamiento, como la participación de los diputados Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro, muy cercanos a Alberto Fernández, quien por su parte en la víspera pidió "terminar con las divisiones" y señaló: "Tanta pelea no le hace más fácil la vida a la gente".
En tanto, el ministro bonaerense Andrés "Cuervo" Larroque, referente de la agrupación que lidera el diputado Máximo Kirchner, confirmó que el kirchnerismo no dejará el Frente de Todos. "No nos podemos ir de algo que gestamos nosotros", sostuvo el dirigente.
Sin embargo, al mismo tiempo recordó que, antes de ser el candidato del Frente de Todos, Fernández "fue jefe de campaña de un espacio que sacó 4 puntos en la provincia de Buenos Aires", en alusión a la lista de Florencio Randazzo.
Es en ese contexto que en el oficialismo son varios los que piensan que de acá a 2023 habrá momentos de mayor y de menor cohesión. Una tensión que irá variando entre tema y tema pero que no alcanzará a romper el frente. Otra historia se abrirá el año próximo, cuando haya que definir las candidaturas.