Mientras el líder libertario sigue creciendo en las encuestas, en JxC hay diferencias para captar a sus votantes. Qué quieren los “halcones” del PRO. La estrategia de Rodríguez Larreta. Gerardo Morales apuesta a “retomar la centralidad”. La advertencia de la Coalición Cívica.
En Juntos por el Cambio nadie lo reconocerá públicamente, pero el explosivo crecimiento de Javier Milei en las encuestas ya es motivo de discusiones y análisis para evitar que se convierta en el cisne negro que complique las elecciones de 2023.
El líder libertario quedó en tercer lugar en los últimos comicios porteños, con un 17% de los votos, y hay encuestas que ya lo ubican tercero en un escenario de las PASO, con un 15% de los sufragios, detrás de JxC y del Frente de Todos. Es un caudal de apoyos decisivo para definir un eventual ballotage, aunque hay un temor: ¿qué pasaría si sigue en ascenso al calor del deterioro socioeconómico?
Para los máximos referentes de Juntos por el Cambio, Milei capitaliza el descontento social y el descrédito de la dirigencia tradicional y se convierte en un problema porque capta sus adhesiones de manera transversal, no sólo desde el electorado cercano al liberalismo. El mejor ejemplo fue lo que pasó en la Ciudad de Buenos Aires: tuvo un buen desempeño electoral tanto en Recoleta como en Villa Lugano.
Pero el debate está instalado en la principal fuerza opositora porque todavía no hay acuerdo sobre cómo competir con Milei en su propio andarivel de votantes. ¿Hay que adaptar el discurso y las propuestas hacia una derecha más clásica para ganar ese segmento? ¿Es mejor sumar al diputado de La Libertad Avanza para disputar las primarias bajo el paraguas de Juntos por el Cambio? ¿O convendría reforzar solamente la iniciativa política y mostrar planes creíbles para que ese electorado antisistema pueda identificarse con JxC?
Mauricio Macri y Patricia Bullrich son dos de los “halcones” que imaginan una alianza mucho más profunda con Milei. Hay coqueteos, encuentros reservados, intercambio de elogios y gestos más que sugestivos. “No es descartable una fórmula con Bullrich en 2023″, dijo el diputado libertario en 2021. La jefa del PRO lo consideró “un fenómeno interesante”. Hace 15 días, Milei confesó que “no tendría problemas” en ser ministro de Economía de Macri si vuelve a la Casa Rosada porque “tiene un discurso liberal clásico”. La foto del ex presidente con Donald Trump, el “padre” ideológico de dirigentes como Milei, completa una postal de lo que algunos tienen en mente.
No casualmente, el diputado nacional Waldo Wolff, otro exponente del ala dura de JxC, admitió a Infobae: “Tenemos que hacer un gran frente opositor. Hay que terminar con la grieta de este lado de la grieta. Por eso trabajo para que los liberales esté adentro de Juntos por el Cambio”. No es el único que lo hace desde los “halcones” del PRO. Por ahora, chocan con casi todo el resto de la coalición opositora, donde abunda el espanto por las posturas extremas de Milei y aún pesan sus ataques a Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Elisa Carrió.
En Juntos por el Cambio nadie niega, por supuesto, el acierto político del jefe de Gobierno porteño al impulsar la alianza electoral con Ricardo López Murphy en la Ciudad, que afianzó al electorado duro, y ya se considera natural avanzar en un acuerdo con un liberal moderado como José Luis Espert, el tercero más votado en las últimas elecciones en la provincia de Buenos Aires con el 7,48% de los votos.
Pero Milei, con su perfil de una derecha radicalizada, divide a la dirigencia opositora. Para el titular de la UCR, Gerardo Morales, su incorporación a JxC “es un límite”: dicen que cree que “representa un salto al vacío del país” por su perfil fundamentalista. Otros radicales, más pragmáticos, aseguran en privado que no le cerrarían las puertas a nadie “si todos pasan por el tamiz de las PASO”.
Para la Coalición Cívica (CC), aliarse a Milei es una misión imposible. En el partido de Carrió insisten en apostar a “una opción de centro mayoritario, que tenga firmeza y contundencia, pero sin ser funcional al cuanto peor, mejor” (que le atribuyen a los “halcones”). Pero sus principales dirigentes no quieren opinar sobre el diputado libertario y sólo afirman: “En lo que él dice sobre nosotros está la respuesta”. “Podemos coincidir con el valor y principio de la libertad, pero la libertad no es libertinaje o a cualquier precio ni que erosione la democracia”, destacan para diferenciarse de algunas opiniones controvertidas del legislador de La Libertad Avanza. “La CC defiende la libertad y la baja y la no creación de impuestos, pero también defiende la igualdad y los derechos humanos”, sostienen.
En la CC, presidida por Maximiliano Ferraro, creen incluso que algunas de las posturas de los “halcones” sobre Milei “se hacen para tensionar” y advierten: “Creemos que hay que poner las energías en poder preparar el programa y las propuestas. Pensamos que 2022 no es año de candidaturas o de especulación personal electoral. Queremos un Juntos por el Cambio mejor. Por eso el Contrato Moral”.
La última encuesta de la consultora Fixer, que asesora a muchos dirigentes opositores, ubica a Milei con un 15% de intención de voto en las PASO, contra el 41% de Juntos por el Cambio y el 33% del Frente de Todos. Y su imagen está repartida: un 38% negativa y un 37%, positiva. Para el politólogo Santiago Lacase, director de la consultora Agora, “el lugar que están ocupando Milei y Espert los excede como espacio y tiene que ver, como en otras partes del mundo, con un reclamo ante los políticos tradicionales de que los problemas no se solucionan”.
“Es significativo que en la elección en la Ciudad hayan tenido buenos resultados tanto Milei como la izquierda -agregó-. Ese corrimiento es producto del descontento de la gente con los partidos de centro tradicionales”. Según Lacase, el economista liberal “capitaliza muy inteligentemente” ese fenómeno, pero tiene una duda: “Ese sentimiento se manifiesta con fuerza en las elecciones legislativas, como pasó con Carrió, pero las elecciones ejecutivas tienen una dinámica diferente”.
Otros expertos alertan sobre puntos débiles que podrían afectar la carrera de Milei hacia una candidatura presidencial: por ejemplo, no tiene equipo (siempre se lo ve solo o con su hermana, la principal asesora que se le conoce) y no cuenta con una estrategia de armado en las provincias (algo que lo perjudicará más en un escenario de elecciones anticipadas en 2023). Pero algunos analistas también hablan de un riesgo electoral si los “halcones” del PRO avanzan con sus gestos favorables hacia Milei porque lo estarían “blanqueando” ante el electorado de Juntos por el Cambio y le permitirían ampliarse hacia segmentos de la sociedad a los que hoy no llega.
¿Condiciona la estrategia opositora el crecimiento libertario en las encuestas? Es lo que todos pensaron cuando Rodríguez Larreta se endureció la semana pasada respecto de los planes sociales al exigirle al Gobierno que se los quite a quienes cortan calles. En la Jefatura de Gobierno lo descartan enfáticamente y aseguran que esa postura “no fue por Milei sino porque sucedió algo inédito y grave en la Ciudad: 20.000 personas entrando al centro con una logística armada, con madres y niños al frente y acampando durante dos días”.
La estrategia larretista, aclaran, se mantiene sin alteraciones: apunta a concentrarse “100% en la gestión”, mostrando gestos de firmeza en algunos temas de gravedad institucionales o centrales para la vida de la gente, siempre apostando al diálogo y a las “buenas formas”, y orientado hacia el centro. “No se trata de que no miremos a Milei, sino que no cambiamos nuestra planificación, basada en hechos y datos”, resaltan.
¿Y si el diputado libertario sigue en alza? “El desafío también desde Juntos por el Cambio es elaborar una propuesta que marque un cambio y un nuevo rumbo posible para la Argentina -afirman allegados al alcalde porteño-. Si somos exitosos en eso y nos mostramos cerca de la gente, hay muchos votantes de Milei que podrían elegirnos”.
Más allá de lo que digan los estrategas, pareció demasiado evidente que Rodríguez Larreta empezó a tratar de sintonizar con otro tipo de electores. Por algo hace 24 horas descontracturó hasta límites impensados su estilo tan controlado al hablar en un acto de una agrupación sub 40 de Juntos por el Cambio: “No jodamos más con esa boludez de halcones y palomas, vamos a ganar la elección en 2023″, dijo. Y opinó: “Si no estamos juntos, no ganamos una elección en la puta vida”. ¿Quiere captar a otro público?
Una señal más clara todavía la dio en ese mismo encuentro su amiga María Eugenia Vidal al apelar a una palabra central en el diccionario de Milei: “La política se ha convertido en una casta con muchos privilegios y la gente nos ve así -admitió-. Todos sabemos que hay que recortar”.
Hay referentes opositores que, fuera de los micrófonos, reconocen su preocupación por “la ola libertaria” ante el desafío electoral de 2023 y quieren frenarla antes de que sea demasiado tarde. Morales, por ejemplo, está convencido de que Juntos por el Cambio tiene que “retomar la centralidad” en medio de una frágil situación política y económica que favorece a las posiciones drásticas como las de Milei.
Por eso propondrá en la próxima reunión de la conducción nacional de JxC que se defina una agenda de reuniones sectoriales para abordar los problemas del país y, además, profundizar la dinámica territorial para llegar de manera organizada a cada rincón del país. “Hay que salir de la tensión y ponerse a trabajar”, les anticipó a uno de sus pares de coalición. Es, de manera indirecta, una forma de frenar a Milei.
Nadie estará en desacuerdo, pero será difícil bajar la tensión cuando hay tanto precalentamiento electoral, con Bullrich de “gira presidencial” por los Estados Unidos y asegurando (o deseando) que Macri “no será candidato”, y con Rodríguez Larreta enfocado en acelerar el armado político bonaerense como plataforma de su proyecto presidencial: por algo salió de recorrida la semana pasada por General Rodríguez con Diego Santilli y Diego Valenzuela, el intendente de Tres de Febrero con el que ya selló un acuerdo interno.
Mientras, Cristina Kirchner da muestras cada vez más evidentes de que busca diferenciarse al máximo del Presidente elegido por ella y ubicarse insólitamente en las filas opositoras para reposicionarse en las elecciones de 2023. Esa encerrona política es un desafío más inquietante para Juntos por el Cambio que el representado por Milei. ¿JxC le dejará ese papel crítico del Gobierno a la Vicepresidenta? Si lo hace, para no debilitar aún más la figura presidencial, se desdibujará como alternativa para 2023. Si no lo hace, y acentúa al máximo su rol en sintonía con el kirchnerismo, algunos temen que el país se encamine a una crisis institucional.
Por algo hay dirigentes que intentan poner claridad en la caliente pelea del oficialismo. “Hay que repetirlo las veces que sea necesario: este es el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. No voy a permitir que los que eligieron y militaron al Presidente se despeguen de la crisis brutal que han generado”, dijo López Murphy. “El kirchnerismo desconoce al presidente que ellos mismos pusieron y una vez más, los argentinos somos rehenes de sus internas”, sostuvo Santilli.
¿Qué dirá Milei? Por ahora, está ajeno a esta puja entre los partidos mayoritarios y se perfila como el cisne negro en 2023, pero no está ajeno a los cortocircuitos hasta con alguien a quien admira como Domingo Cavallo y que le hizo una advertencia que dinamita su estrategia actual: “Si ataca a toda la clase política y no piensa en una alianza con Juntos por el Cambio, perderá capacidad política”.
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