El senador lanzó Evolución como línea interna nacional del radicalismo y sale a pelear cada centímetro del territorio nacional la UCR y el PRO.
Costó el proceso de convicción de Martín Lousteau. El economista no terminaba de estar seguro sobre si le convenía ya, a esta altura, resignar cualquier aspiración presidencial y enfocarse en la Ciudad de Buenos Aires, para intentar suceder a Horacio Rodríguez Larreta. El hombre de la cabellera enrulada creía que la Argentina es tan impredecible, que había algún resquicio de jugarse al Sillón de Rivadavia, dadas determinadas circunstancias, y adelantar una candidatura determinada, tiraba por la borda al imponderable deseado.
Pero, en definitiva, tanto hablarle al oído, tanto trabajo del Coti Nosiglia sobre el carácter de Lousteau, tanto debate interno, lo terminó convenciendo. La estrategia tuvo un plus que le abre al ahora candidato porteño, una buena expectativa a futuro: el aval partidario para lanzar un espacio nacional que vaya a primarias por todos los cargos posibles en cada rincón del país, con lo cual su proyecto presidencial no muere, se pospone.
Evolución, el espacio que el senador viene haciendo crecer hace ya varios años, que avanza lento pero seguro y que rompió el bloque radical en diputados hace solo un par de meses, se lanzó el sábado con bombos y platillos y el acompañamiento de la mayoría de quienes lo insultaron en diversos e incomprensibles idiomas, cuando se abrió en la Cámara Baja.
Fue un canje: un aspirante presidencial menos, "hagámosle la fiestita a Martín con su lanzamiento y uno menos jodiendo", explicó un operador del centenario partido.
"En definitiva, Martín es el único en el partido que retomó la línea de construcción histórica que llevó a (Raúl) Alfonsín a la presidencia, localidad por localidad, creando estructura, buscando los candidatos, desde el último concejal hasta el gobernador, esa es su línea de trabajo", completa la fuente, con cierto grado de exageración a estas prematuras alturas.
Lousteau va
La reflexión interna es que la Jefatura de Gobierno porteña es un trampolín. Lo fue para Fernando De la Rúa y para Mauricio Macri, y podría serlo para Larreta. En definitiva, parece ser el único disparador territorial viable para el no peronismo.
Sin embargo, "no deja de ser cierto que si Larreta gana la presidencial y reelige, Martín (por Lousteau) se come ocho años de espera, un dolor de huevos. Y si hacemos un poco más de prospectiva, la lógica sería que después de eso vuelva un peronismo renovado", de modo que el actual senador se pasaría sus dos mandatos porteños, en caso de ganar y reelegir, para llegar a una candidatura presidencial probablemente perdedora, según el afamado analista.
Futurismo en definitiva. Al radicalismo, como construcción, la decisión de Lousteau le viene de perillas. No solamente saca de carrera un eventual candidato presidencial, sino que consolida al mejor candidato porteño que podría tener, de acuerdo a las encuestas.
"A ver te explico", dice una fuente radical con eterna vocación de maestro ciruela, "Gerardo (Morales) se está comiendo los palos, sale a la pelea con el PRO, se desgasta, no le importa, el candidato no es él, es Facundo (Manes), que llega como unificador y pacificador después que la pelea la dio Morales. Se le sube Lousteau como candidato a Jefe de Gobierno, lo mandamos a (Luis) Juez con la estructura que ganó el año pasado a ganar Córdoba, y volvimos", se ilusiona el antipático docente de boina blanca.
¿Cuáles son las otras alternativas que maneja el radicalismo?
El radicalismo tiene otra carta bajo la manga. Carolina Losada podría ser candidata a vicepresidenta. Mujer, joven, activa y recostada en la estructura tradicional del partido. Hace todo lo que Morales, Cornejo y los suyos mandan a hacer. Fórmula con una mujer, algo sustancial en estos días: ¿Manes - Losada? Con un adecuado control de escotes podría funcionar. O descontrol, quién sabe.
El grupo de Evolución apoya la idea. No porque Losada le importe mucho, pero el "canje" (otra vez) es que el candidato en Santa Fe sea Maximiliano Pullaro, hoy legislador provincial, quien llevó la bandera de Lousteau en la primaria el año pasado y quedó a un puntito y medio de Losada. Por unos pocos votos, no fue el candidato a senador del espacio.
El economista que lanzó su agrupación el fin de semana en esa provincia, respaldó abiertamente a Pullaro y sin Losada de por medio, el partido acepta que sea el candidato a gobernador.
La agrupación del economista, si sus cálculos funcionan y todo sale como querría, tendría tres gobernadores: el propio Lousteau en CABA, Pullaro en Santa Fe, y un "impuro" pero propio, Juez en Córdoba. No será la suma del poder público, pero estaría bastante bien para un partido que había desaparecido en acción hace muy poco tiempo.
Interna radical: una novedad en el horizonte
Sin embargo, aparece en el horizonte una novedad. El gobernador correntino, Gustavo Valdés, estaría armando una estructura paralela del radicalismo en el interior, para respaldar la candidatura presidencial de Larreta, lo que le sacaría una porción de electores a los radicales que quieren enfrentar al actual jefe de Gobierno.
"Siempre fue un traidor", sintetiza un radical enojado, de los que abundan.
En síntesis, y más allá de la jugada de Valdés, el radicalismo está afinando los violines para el concierto que se viene, y no lo hace mal, se pone en marcha, enfrentará a una estructura del PRO, un tanto débil en el interior, y piensa aprovechar esa puerta, aunque como es sabido, el AMBA es el enclave decisivo en una presidencial.