Desde el litio y la energía nuclear, hasta el rol de la Casa Blanca en la renegociación con el FMI. ¿Qué va a buscar Alberto a EE.UU.?
En los próximos 50 días el presidente Alberto Fernández viajará dos veces a los Estados Unidos. Este martes por la noche comenzará la primera travesía, con destino a Los Ángeles, California, para participar de la novena Cumbre de las Américas. Sobre el final del próximo mes volverá a subirse a un avión que viajará hasta Washington, para reunirse con su par norteamericano Joe Biden.
Será en la Casa Blanca y en el marco de una visita de Estado que fue confirmada cuando Fernández definió cómo intervendrá en la cumbre, en su calidad de presidente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC).
La trama de la participación de Fernández en la cumbre organizada por la OEA ya está definida. El Presidente asistirá como portavoz de los demás países de la CELAC para repudiar la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua del evento internacional impulsado por Estados Unidos que este se realizará en su territorio.
La cumbre se extenderá hasta el viernes, pero la atención estará concentrada en los mandatarios ausentes. Habrá un faltazo en solidaridad del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, el principal impulsor, junto a Fernández, del operativo para reclamar la inclusión de los representantes que no fueron invitados.
El presidente estadounidense Joe Biden decidió organizar la cumbre para reforzar la influencia de Washington en todo el continente, pero también relanzar el vínculo y competir con la multiplicación de posibilidades que impulsa China para todos los países de la región.
En rigor, la relación comercial más importante la tiene Estados Unidos pero sucede en una competencia estratégica global a mediano plazo. Hace 20 días el secretario de Estado, Anthony Blinken, ofreció una extensa conferencia en la Universidad George Washington donde reflejó el enfoque de la Casa Blanca sobre China.
"El presidente Biden cree que esta década será decisiva. Las medidas que adoptemos en el país y con países en todo el mundo determinarán si nuestra visión común del futuro se hará realidad. Para tener éxito en esta década decisiva, la estrategia de la Administración Biden puede resumirse en tres palabras: "invertir, alinear y competir", resumió el canciller norteamericano.
"Invertiremos en las bases de nuestra fortaleza aquí en el país: nuestra competitividad, nuestra innovación y nuestra democracia. Vamos a alinear nuestros esfuerzos con nuestra red de aliados y socios, actuando con un propósito y en pro de una causa en común. Y sobre la base de estos dos activos clave, vamos a competir con China para defender nuestros intereses y construir nuestra visión para el futuro", insistió Blinken en un anticipo de la agenda que llevará adelante Washington en la cumbre que comenzó este lunes y se extenderá hasta el viernes.
Fernández viajará a Estados Unidos: los temas de la cumbre
La cumbre tendrá cinco ejes temáticos: democracia y gobernabilidad, desarrollo verde sostenible, salud y resiliencia, transformación digital y energía. El eje más caliente será el primero porque Estados Unidos buscará definir qué es la "ruptura del orden democrático" y países como México y Bolivia están muy en desacuerdo por el rol de la observación electoral que lideró el uruguayo Luis Almagro al frente de la OEA en el país altiplánico.
Fue la antesala del golpe que sacó a Evo Morales del poder para reemplazarlo por Jeaninne Añez, que actualmente está presa y espera condena por alterar el orden constitucional boliviano.
Fernández ha buscado sobrevolar todas esas controversias para poder asistir a la cumbre y poder cumplir con su rol de titular de la CELAC. Así como condenará las exclusiones posiblemente advierta con firmeza los riesgos de ampliar la influencia de la OEA en la región. Son los temas que también compartirá con Biden en el apartado que compartan durante los días de la cumbre.
Será la previa del segundo viaje a Estados Unidos, que el Presidente concretará el 25 de julio en una visita de Estado a ese país. Será recibido por Biden en la Casa Blanca dentro de una agenda que cerrará casi dos años de gestiones para concretar un encuentro de primer nivel con el mandatario demócrata.
Cuando se realice ese encuentro Fernández ya habrá viajado a la cumbre del G7 que se realizará en Baviera, Alemania, el 27 de junio. Algunos sostienen que la profundidad del encuentro con Biden dependerá de los discursos que articule Fernández en Los Ángeles y también de las intervenciones que tenga ante los mandatarios de los siete países más poderosos del mundo, donde también estará el inquilino demócrata de la Casa Blanca.
"El tramo final de la bilateral en Washington será un final abierto", indicó un observador de la relación bilateral, que no pierde de vista la agenda económica que llevará la Argentina. Una de las claves será la provisión de litio. La atención de la llevará la multinacional Livent, que extrae litio en Catamarca, con una planta en la que invertirá 1.100 millones de dólares.
La firma es acusada por subfacturar el litio que exporta, pero Fernández buscará visibilizar la oportunidad de inversión para Estados Unidos cuando las automotrices, como Tesla y Ford, ya identificaron que el cuello de botella para la fabricación de automóviles eléctricos pasa contar con la mayor cantidad de baterías de litio disponibles.
La agenda energética tampoco será ajena por la centralidad que tiene el yacimiento de Vaca Muerta, aunque ese punto también será central en el G7, porque el Presidente va a esa cumbre con el objetivo de ofrecer gas y alimentos a una Europa que busca cortar con su dependencia de Rusia por la guerra en Ucrania.
No todo es tan suave en el vínculo y tampoco lo será en la bilateral de julio. Para entonces posiblemente se conozcan los primeros resultados de las auditorías de la misión del FMI sobre los cumplimientos de las metas pactadas con Argentina. Es posible que sean cumplidas en el primer round pero el impacto de la guerra anticipa que los términos de la renegociación que se cerró en enero tengan que ser redefinidas. Para eso el gobierno necesitará nuevamente del guiño de los representantes del Tesoro norteamericano en el Fondo y esa llave la tiene Biden.
Otro punto tiene que ver con la cooperación nuclear. Dentro del Gobierno crecen las críticas contra el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, por frenar el financiamiento de China para la construcción de la central nuclear Atucha III. Junto con el embajador estadounidense Marc Stanley promovió la visita a Argentina de la subsecretaria adjunta de Política de No Proliferación Nuclear, Ann Glezer. Estuvo con el directorio de Nucleoelectrica Argentina acompañada por Dominic Casino, un agente del FBI, que se encargó de defenestrar la tecnología nuclear china. Las presiones están orientadas a que desistan de la compra de un reactor Hualong y si no lo pueden impedir, entonces quieren asociarse en el desarrollo del reactor argentino CAREM, desarrollado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONEA).
Fernández asumió la presidencia cuando la Casa Blanca era conducida por el republicano Donald Trump, amigo del expresidente Mauricio Macri. Un año después la relación tuvo un giro con la llegada del demócrata Biden, pero desde entonces el mandatario argentino no pudo cerrar una reunión bilateral.
Sólo lo vio en la última cumbre del G20 y cuando se cruzaron Biden le dijo: "Me fue muy bien con nuestro amigo común", en referencia al papa Francisco, que recibió al norteamericano en el Vaticano. Finalmente será en la Casa Blanca, en el marco de una visita de Estado, en un momento en el que Biden casi no ha recibido a colegas extranjeros en el Salón Oval.