Javier Madanes Quintanilla dispuso una serie de acciones para preservar los activos de Fate ante el eterno conflicto sindical que ya lleva casi un año.
La crisis de los neumáticos generada por los paros interminables dispuestos por el gremio parece estar cada vez más lejos de resolverse, al punto que la única fabricante argentina se encamina a tomar medidas cada vez más drásticas con el objetivo de preservar sus activos y de su producción.
Se trata de Fate, que emplea a más de 2.000 trabajadores, posee una planta ubicada en la localidad bonaerense de San Fernando y es propiedad de la familia Madanes Quintanilla.
La empresa acaba de intimar a los responsables del Sindicato Único de los Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA) a que sus ejecutivos sean notificados con 24 horas de antelación la fecha en que se decida el final de la medida de paralización por tiempo indefinido y el momento en el que el personal volverá a sus funciones
La nota fue enviada mediante una carta documento firmada por Diego Damián Regini, apoderado de Fate y, además del pedido deja establecida la postura de la compañía con respecto a las medidas que viene tomando el gremio que, entre otras consecuencias, está dejando sin provisión de neumáticos a casi todos los automovilistas del país.
"Ilegítimas medidas"
"Ilegítimas medidas de acción directa" califica la empresa a la decisión sindical de organizar bloqueos a los accesos de las plantas que impiden el ingreso y egreso de los camiones con insumos y productos terminados.
La nota también sostiene como "ilegítimas acciones" a los paros indefinidos que sufren las compañías y que ya ha provocado que la multinacional Bridgestone haya decidido suspender todas sus operaciones en el país hasta que se encuentre una solución al conflicto.
En varias entrevistas radiales, Javier Madanes Quintanilla, dueño de Fate advirtió que se trata de un conflicto de difícil resolución por entender que se trata de un "paro ideológico" llevado a cabo por una rama sindical del Partido Obrero y que, por lo tanto, no será sencillo desarmar la disputa y reiniciar las actividades de manera normal.
Del mismo modo, la compañía rechazó y repudió las declaraciones del diputado José Luis Espert, quien días atrás manifestó que habría que aplicar "cárcel o bala" a los trabajadores del Sutna.
En la misma línea, el legislador liberal manifestó que se le debería quitar la personería jurídica a los sindicatos "cierra empresas" a lo cual desde la productora de los Madanes Quintanilla puntualizaron que más allá de mantener una diferencia pública desde hace casi cinco meses con el SUTNA, no comparten los dichos de Espert ya que "no aportan nada a la solución del conflicto y generan una violencia innecesaria".
Disputa eterna
Pero más allá de estas declaraciones y de la continuidad del conflicto gremial, lo cierto es que hace ya casi un año que empresas y gremio no se ponen de acuerdo en el cierre de la paritaria del período anterior y de darle fin a la discusión por una suma adicional que tuviese que acercarse al costo de vida. Las empresas hicieron una oferta en donde se comprometían a un ajuste que se justificaba en torno de un 10% por encima del costo de vida del periodo anterior, algo que no fue aprobado por el gremio.
A partir de allí, se inició un proceso de conflicto, primero mediante una disposición del Ministerio de Trabajo de llamar a una conciliación obligatoria que llevó a una etapa de conversación de 20 días hábiles pero que no sirvió para terminar con la disputa.
En este sentido, Madanes Quintanilla viene sosteniendo la existencia de "un problema de otras características dado por una constante pérdida de la productividad".
Según el dueño de Fate, las plantas que operan en la Argentina están en los estándares de producción más bajos del mundo "y eso tiene que ver con una forma enfocar el gremio y la cultura del trabajo que termina siendo perversa".
En varios reportajes Madanes también calificó a la situación como de "neo-anarquismo" en el que la producción se vuelve inviable, en la que se organizan asambleas de hasta cuatro horas de duración, con turnos completos que no trabajan e innumerables días de paro.
"El gremio se considera a sí mismo encargado de definir cómo se maneja la actividad industrial y cómo funciona una planta. No acepta que el modo de producir tiene que ser decidido por la empresa. Y esto no tiene nada que ver con el respeto o no de los derechos laborales", enfatizó el empresario en una entrevista con Infobae.
De hecho, aseguró que si los trabajadores de Fate hubieran aceptado la propuesta empresaria, que incluía premios por productividad, el salario promedio bruto que cobrarían en la actualidad sería de $350.000 mientras que ahora sólo están percibiendo alrededor de $75.000 por todo concepto.