El mediocampista, en conflicto con la dirigencia y el DT Fernando Gago, tomó la decisión de rescindir su contrato y buscar nuevos horizontes.
Cristian Medina ya no es jugador de Boca: el volante de 22 años ejecutó la cláusula de rescisión de su contrato, lo que permitió al club recibir 15 millones de dólares libres de impuestos, depositados en un único pago. Con este desenlace, llega a su fin una relación que en los últimos meses estuvo marcada por desacuerdos con la dirigencia y un conflicto abierto con Fernando Gago.
El mediocampista notificó su decisión mediante un correo electrónico enviado a las autoridades del Xeneize, dejando a la institución sin posibilidad de negociar su transferencia. Aunque aún no se ha oficializado su destino, todo indicaba que Fenerbahçe, el club turco que había mostrado un interés constante en el jugador, iba a ser quien se haga con sus servicios.
El periodista especializado en mercado de pases Germán García Grova indicó que el pago de la traba contractual fue abonado por el grupo Foster Gillett, quien está asociado con Juan Sebastián Verón en Estudiantes de La Plata y, de hecho, aseguró que el destino del futbolista aún no está resuelto y existe la posibilidad que juegue el Pincharrata hasta junio de 2025.
Cristian Medina se va de Boca peleado con la dirigencia y el DT
El conflicto entre Medina y Boca se remonta a octubre, cuando el jugador amenazó con no disputar el partido de cuartos de final de la Copa Argentina contra Gimnasia y Esgrima La Plata, celebrado en Rosario. En esa oportunidad, presionó para que se aceptara una oferta de 11 millones de dólares realizada por el Fenerbahçe, pero la cifra no satisfizo las expectativas de Juan Román Riquelme ni de la dirigencia.
Ese incidente marcó un punto de quiebre: Gago decidió no convocarlo más y, tras una breve conversación con el futbolista, optó por apartarlo del plantel principal y hacerlo entrenar de manera diferenciada. Desde aquel episodio, quedó fuera de la consideración futbolística del club, generando una situación insostenible tanto para el jugador como para la institución.