Ayelén Soledad Fernández es una joven correntina de 27 años que se encuentra representando a la gastronomía correntina en el estado árabe de Qatar, sede del esperado mundial de fútbol que comenzará en noviembre.
Emprendedora, constante y perseverante, reconoce que la motivación es uno de los factores más importantes para triunfar en esta profesión.
Técnica en Turismo, cocinera y bartender, Ayelén siempre tuvo afinidad por conocer el mundo y las distintas culturas de cada país. En un diálogo con ellitoral.com.ar habló sobre su vida y su trabajo en un hotel cinco estrellas en uno de los países más ricos del mundo.
“Acá se trabaja muchísimo, de 9 a 10 o hasta 11 horas de estar parado, pero lo que se puede aprender es un montón, hay muchas oportunidades para progresar y crecer”, señala la correntina.
Con una política propia de esfuerzo y superación, descubrió la oportunidad de vivir de cerca el Mundial de Fútbol más esperado por la Argentina. “Vine con una empresa que tenía sus ofertas de viaje por redes sociales”, indicó.
“A principio de año descubrí que existían una increíble cantidad de ofertas de trabajo en hoteles y otros organismos que se preparan para vivir el mundial y pensé que podía hacerlo”, comentó.
“Mandé mi CV a distintas empresas, tuve múltiples ofertas y me decidí por la actual compañía para la que estoy trabajando”, señaló.
La joven comentó que llegó a Qatar con trabajo asegurado, tickets pagados, alojamiento, todas las comidas incluidas y transporte de ida y vuelta al trabajo por parte de la empresa con la que firmó contrato.
“Vine con una empresa bien organizada de papeles, y eso fue reconfortante, cuando me di cuenta ya estaba en Qatar, todo fue muy rápido y cómodo”, destacó a ellitoral.com.ar.
Sobre su lugar en la cocina del renombrado hotel árabe Mondrian mencionó que se encarga "de banquetes, eventos, soy soporte dependiendo de la demanda, me van rotando según la necesidad”.
Actualmente se desarrolla como parte del equipo de pastelería y pandearía del hotel, en donde destaca por su basta experiencia ganada a través de un emprendimiento de tortas y delicias dulces que tenía en la Capital correntina.
Con la fuerte demanda y las exigencias de trabajar en una cocina de alta calidad y grandes expectativas, cuenta con una rutina laboral muy exigente que requiere muchas horas de dedicación para obtener los resultados esperados.
“Mi día a día varía mucho dependiendo de cuánto trabaje o a donde salga. Por lo general trato de levantarme temprano a la mañana para estudiar, después voy a trabajar y si me sobra tiempo y energía lo dedico a descansar o ir al gimnasio que tenemos”, señaló.
Sobre la variedad de culturas mencionó que “convivo con mucha gente de distintas culturas, eso me gusta, es una mezcla impresionante y nos llevamos muy bien todos”.
A Ayelén le encanta conocer gente, descubrir lugares y pasear “mi rommie (compañera de cuarto) es de Indonesia, además en mi casa hay otras dos argentinas, una chica de Nepal y otra de Corea” destacó.
Si bien el lenguaje principal con el que se manejan es el Inglés, la técnica en Turismo también tiene afinidad con el idioma portugués, conocimientos que le facilitan la convivencia y experiencia en el país árabe.
Pero, a pesar de todo, la correntina no se olvida de sus raíces y desde que llegó busca la forma de dar a conocer y enorgullecerse de su herencia cultural, llevó en su valija cuadraditos de dulce de leche, y preparo postres argentinos como distintos alfajores y choco torta.
Además, comentó que actualmente el hotel se encuentran en búsqueda de expandir el menú y quieren incorporar comidas típicas argentinas.
“A mí me encanta el tereré, me traje un montón de yerba, siempre estoy invitando a que prueben y a la mayoría les termina gustando un montón”, mencionó. Con altas temperaturas, Qatar oscila diariamente con una base de 30° C, lo que facilita encariñarse con la infusión.
“Conocí un coreano que desde que lo probó, me ve y me dice “tereré”, le encanta y siempre está esperando sumarse a las rondas que se arman en el hall” destacó.
Respecto al complejo donde viven, Fernández mencionó que se encuentran viviendo a 30 minutos del hotel, en donde toman distintos buses de la empresa que siempre están disponibles y que los lleva a trabajar o a cualquier otro lugar.
“Es un barrio privado con pileta, gimnasio, cafetería y un mercado, las casas son para 8 o 10 personas con baño privado y separados entre hombres y mujeres” destacó.
Pese a las obvias diferencias culturales que incluyen comidas, costumbres y vestimentas, la pastelera asegura que no siente grandes choques culturales con el lugar y que desde la base del respeto mutuo es capaz de visitar los distintos lugares de la ciudad sin inconvenientes.
“No siento mucho la diferencia cultural, solo hay que saber respetar la vestimenta en algunos lugares, vestirse adecuadamente según un país que no es el nuestro”, menciona.
Asimismo agregó: “Si vas a los museos no te dejan entrar de short o mostrando los hombros pero si te vas de short a un mall no te dicen nada”. Ayelén asegura que al tratarse de una ciudad hecha para el turismo la tolerancia y respeto son altas.
Respecto a las demás normas qataríes mencionó que “acá el alcohol por ejemplo solo podes tomar en bares o hoteles, no podes comprarlos de forma individual en los lugares salvo que tengas una licencia especial”.
Sin embargo asegura que buscan cambiar algunas normas en vísperas del mundial. “Todos los bares y boliches son hasta las 2 am, pero sé que para el mundial quieren extender una hora más igual que el metro”, mencionó.
También destacó la seguridad del lugar. “Es muy seguro, sabemos que podemos salir a cualquier lugar, vamos al metro, elegimos una parada al azar y nos bajamos a recorrer”, explicó a este medio.
El espíritu aventurero lo comparte con los demás jóvenes latinos con los que se encuentra.
“Aprovecho mis días libres para salir a pasar con otros argentinos y colombianos, planeamos a donde ir, conocimos el desierto, otros parques y museos”, dijo.