El jefe de Estado argentino viajó el domingo a la capital brasileña sin tener confirmada la cumbre con su colega, algo que se confirmó recién minutos antes de la jura de Lula.
Ambos mantienen una relación personal, que excede el vínculo político, que desde ahora será sin dudas más fuerte y desafiante. El argentino tiene expectativas en acuerdos que se materialicen rápidamente y que apuntan básicamente a las cuestiones de la economía.
A Lula le interesa, básicamente, el tema energético. Uno de los capítulos que serán protagonistas en la reunión de hoy. A la Argentina, la cuestión financiera. Las divisas que puede acceder a través de Brasil. Son negociaciones que ya empezaron semanas atrás, cuando viajó Sergio Massa al país vecino.
Los capítulos bajo análisis y negociaciones
Para tener en claro: equipos técnicos de ambos países trabajan para llegar a un acuerdo en el lanzamiento del "Sur", la moneda común a los dos países, que servirá para financiar el comercio exterior entre Brasil y la Argentina.
El objetivo de Massa es que el lanzamiento se haga el próximo 24 de enero, cuando Inácio Lula da Silva -quien asume como Presidente este domingo en Brasilia- visite Buenos Aires para participar de la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
La idea, ahora, es que ambos presidentes -Lula y Alberto F.- den el puntapié político inicial de primer nivel para llegar a ese acuerdo, que el Gobierno cree determinante para la Argentina.
En el caso de la moneda común, la idea es que la nueva moneda -Sur- sirva para evitar el uso de dólares en el intercambio comercial entre ambos países.
"Será una moneda común -no una moneda única-, ya que cada país mantendrá su propia moneda (el peso y el real). Tendrá como único objetivo el ahorro de divisas. En lugar de utilizar dólares, se usaría la moneda común", dice el funcionario.
Los alcances de la moneda común
La Argentina registra importaciones por unos u$s13.000 millones anuales. El objetivo es utilizar la nueva moneda en lugar de divisas, que es lo que escasea en el BCRA. El déficit comercial de este año sería de entre u$s2.400 a u$s2.500 millones. De hecho, recién reapareció el superávit comercial -pequeño, por cierto, de apenas u$s57 millones- en octubre último.
Los técnicos de ambas administraciones trabajan sobre la forma de implementar el mecanismo. Desde el equipo de Massa aseguran que sería de "rápida instrumentación" en ambos países, ya que "no se trata de una moneda de libre circulación sino que será exclusivamente para el comercio exterior".
n el equipo económico destacan la relevancia que el propio Alckim le dio a la iniciativa. De todos modos, está claro que la puesta en marcha de la moneda en común dependerá, finalmente, de una decisión política de Lula. "El presidente brasileño está muy interesado en que esto avance rápido", aseguran en el Palacio de Hacienda.