El actor de 54 años fue encontrado muerto en el jacuzzi de su casa de Los Ángeles. Historia de un comediante querido por todos.
Las últimas entrevistas que dio Matthew Perry, el actor estrella de la serie Friends que murió a los 54 años, tuvieron el mismo concepto. En cada una de las charlas que dio hubo dos elementos que sobresalieron: por un lado, la superación del infierno de las adicciones que afectaron a su salud; por el otro, el amor de sus amigos, que lograron sacarlo de ahí.
La fama que le dio la sitcom Friends le dio lo malo y lo bueno. El eterno Chandler Bing recibió dinero y reconocimiento, con innumerable cantidad de muestras de cariño que persisten en el presente. También, como siempre ocurre con muchas estrellas de Hollywood que viven al límite, lo hundió en las adicciones durante décadas que le trajeron consecuencias físicas. Varias veces estuvo a punto de morir arrastrado por el consumo.
Perry tenía una relación muy cercana con Jennifer Aniston, sobre todo, y era muy cercano al resto, David Schwimmer, Courteney Cox, Lisa Kudrow y Matt LeBlanc. Su verdadera amistad trascendía la pantalla. Durante el último especial que grabaron para recordar a la serie, quedó evidenciado que todos intentaron proteger la imagen de Perry, que no había estado a la altura.
Quién era Matthew Perry, el fanático del tenis que decidió ser comediante
Matthew Perry había nacido el 19 de agosto de 1969 en Massachusetts, Estados Unidos. Con solo un año, se mudó a Ottawa, Canadá, donde desde los cuatro años se hizo fanático del tenis.
Su sueño era ser tenista. En Canadá trató de ser profesional: llegó a ocupar el puesto 17 a nivel nacional en la categoría de individuales juveniles y el tercero en la categoría de dobles en Canadá. Cuando se mudó a Los Ángeles, lo intentó en los Estados Unidos. “No fue lo suficiente bueno”, dijo, según citó IMDb.
Allí empezaba su carrera como actor, ya que a los 15 años se decidió a actuar. En una recopilación de su vida que hizo Variety hay un dato que anticipaba lo que se venía: a los 14 años, Perry tomó su primera gota de alcohol y a los 18 ya lo hacía sistemáticamente. El abuso de sustancias fue una constante en su vida.
Sus primeros trabajos ya como actor profesional jovencísimo fueron en algunas series muy conocidas de la década del ‘80 y los ‘90 como El Show de Tracy Ullman, Just the Ten of Us, Camino al cielo y Beverly Hills 90210. En el camino, el destino le guardaba una sorpresa.
Cuando hizo el casting para Friends los creadores Martha Kauffman y David Crane hicieron muchos castings para algunos de los personajes. El último que decidieron fue el de Chandler. ¿Por qué?
Porque el actor elegido por los guionistas fue Craig Bierko que, finalmente, rechazó el papel. Cuando se encontraron con esta situación los responsables del ciclo estaban en problemas ya que necesitaban tapar ese bache para el piloto. Entonces convocaron a Perry: era amigo del que se había negado a hacer ese rol.
Así, uno de los mejores comediantes de la sitcom se despachó en la audición con todo lo que ya sabía: él había preparado a su amigo para las pruebas que necesitaba. Perry fue al casting un viernes y el lunes ya estaba grabando su primer episodio.
De ser una estrella al infierno de las adicciones: la complicada vida de Matthew Perry
Desde el primer minuto, Matthew Perry tuvo buena energía con Jennifer Aniston, más que nada. La predisposición para trabajar en equipo se dio en esa sitcom como nunca antes en la historia: el elenco llegó a pelear un sueldo en común para seguir al aire.
La serie duró 10 años, desde 1994 hasta 2004 y Perry, en esa década también hizo películas. Algunas comedias románticas fueron taquilleras, pero su rol de Chandler Bing fue su trabajo más famoso.
Esa necesidad de estar bien tanto físicamente como mentalmente hicieron mella en su inestabilidad emocional. Al abuso del alcohol le siguió un consumo exacerbado de pastillas, iniciado ocasionalmente para paliar un dolor puntual, que terminó en una adicción incontrolable.
En su libro autobiográfico Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing, que sacó hace un año, Perry describió que llegó a tomar 55 Vicodin por día. Para obtener esa medicación derivada del opio usaba estrategias insólitas: simulaba dolores de cabeza para que se las recetaran.
Tres veces en su vida, Perry enfrentó radicalmente su problema. En 1997, 2001 y 2011 pasó por varias clínicas de rehabilitación. Fue tan fuerte su consumo durante un tiempo largo que en 2016 declaró en una entrevista a la BBC: “Hay tres años de Friends que no los recuerdo, entre las temporadas 3 y 6″.
Perry, también, relató que tuvo momentos en los que se recuperó. “La temporada 9 fue el año en el que estuve sobrio todo el tiempo, ¿y adiviná en qué temporada me nominaron a mejor actor?”, comentó.
Tras el fin de Friends, Perry no volvió a tener un éxito. Pero su última crisis de salud lo ubicaron en otro lugar. “Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2 por ciento de posibilidades de vivir”, contó, en una entrevista con la revista People, sobre el problema en el colon que padeció provocado por la cantidad de analgésicos que consumió en su vida.
En ese reportaje, también, confió que una vez que superó las adicciones y volvió a estar “limpio”, se dedicó a escribir su historia. “Tuve que esperar hasta estar bastante sobrio para escribirlo todo. Lo principal era que estaba bastante seguro de que ayudaría a la gente”, sostuvo.
Hace muy poco, en una charla con The New York Times, dijo que gastó 9 millones de dólares en superar sus adicciones. La última imagen de Perry en el especial de Friends no fue del todo buena. Sus amigos y compañeros, incluso, dejaron trascender que él se sentía “devastado” por lo que se había mostrado.
Al margen de ese momento olvidable, su figura siempre quedará en el recuerdo de una serie que duró 10 años. Matthew Perry será para siempre Chandler Bing, el sarcástico vecino que siempre aporta la palabra justa o el gesto ideal para descomprimir cualquier situación insólita, mientras todo el mundo se lo festeja.