Conocido como "el influencer de Dios", fue celebrado como el primer beato millenial por evangelizar y documentar milagros a través de una página web que él mismo creó.
Según confirmó la Santa Sede, el Papa Francisco canonizará al italiano Carlo Acutis, fallecido a los 15 años en 2006 y conocido como “el influencer de Dios” por su labor de evangelización a través de internet.
De acuerdo a un comunicado oficial, el Sumo Pontífice recibió en audiencia al prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, y decidió convocar un consistorio en una fecha aún por determinar para la canonización de Acutis.
Además, el Papa Francisco decidió que este consistorio se ocupará también de la canonización de otros tres beatos: el cura italiano Giuseppe Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata; la monja canadiense Marie-Léonie Paradis y la religiosa italiana Elena Guerra.
Nacido en Londres, Reino Unido, el 3 de mayo de 1991, Carlo Acutis murió en Monza, Italia, el 12 de octubre de 2006 a causa de una leucemia. Fue enterrado en la basílica de Asís y beatificado por el Papa Francisco en 2020, convirtiéndose en el primer beato “milenial”.
A pesar de crecer en una familia no practicante, evangelizó y creó una página web para documentar y compartir milagros eucarísticos en todo el mundo dado que era un aficionado programador de informática.
Dos milagros que acreditan su santidad
Una de las condiciones para ser considerado santo, es el reconocimiento de dos milagros. En el caso de Carlo Acutis, el primero fue la curación de un niño brasileño que padecía páncreas anular, una malformación congénita del páncreas. Aunque necesitaba una operación muy peligrosa, nunca se llevó a cabo, dado que fue curado al ser bendecido con una reliquia de Carlo el 12 de octubre de 2010, la misma fecha en que falleció Carlo.
Una década después, en 2022 una madre que tenía a su hija en el hospital con un trauma cerebral tras caer de una bicicleta, depositó una carta junto a la tumba del beato pidiéndole ayuda. Dos meses después, la niña estaba plenamente recuperada. Este es el segundo milagro que necesitaba su causa para ser canonizado.
Su canonización no solo reconoce su dedicación a la Iglesia Católica, sino también la manera en que supo adaptarse a los tiempos modernos.