República de Eslovenia es un país ubicado en Europa Central, siendo 1 de los 27 Estados que forman la Unión Europea. Limita con Italia al oeste; con el mar Adriático, al suroeste; con Croacia al sur y al este; con Hungría, al noreste; y con Austria, al norte. Allí se instalaron María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, supuestos argentinos pero espías rusos.
The Wall Street Journal publicó una investigación de Georgi Kantchev, Joe Parkinson y Silvina Frydlewsky, acerca de una joven pareja argentina que vivía una vida suburbana ordinaria en la capital, Ljubljana, conduciendo por un sedán Kia Ceed blanco, pagando sus impuestos a tiempo y nunca recibiendo siquiera una multa de estacionamiento. Pero fueron arrestados en diciembre de 2022 y ahora van a juicio. El tema es que The Wall Street Journal tiene un periodista preso en Moscú (Evan Gershkovich), acusado de espionaje, y está promoviendo un canje.
La historia
"María Rosa Mayer Muños dirigía una galería de arte en línea y les contaba a sus conocidos que había abandonado Argentina después de haber sido asaltada en Buenos Aires por una banda armada en un semáforo en rojo. Su marido, Ludwig Gisch, dirigía una startup de TI. Descritos por los vecinos de su distrito de clase media de rnue como “normales” y “tranquilos”, el marido y la mujer parecían ciudadanos globales: pasaban del inglés y el alemán con amigos al español sin acento con su hijo y su hija, que asistían a la escuela británica.
El principal objetivo de los espías era emplazamiento militar estadounidense Grafenwöhr en Baviera, donde USA entrena a las tropas ucranianas.
Sin embargo, según los funcionarios de inteligencia eslovenos y occidentales, casi todo lo relacionado con la familia del número 35 de la calle Primoieva era una mentira cuidadosamente construida. El verdadero nombre de Gisch es Artem Viktorovich Dultsev, nacido en la república autónoma rusa de Bashkortostán y oficial de élite del servicio de inteligencia exterior de Rusia, el SVR, según los funcionarios y documentos judiciales.
Mayer Muños es Anna Valerevna Dultseva, una oficial del SVR de mayor rango que su pareja, de Nizhny Novgorod. Las computadoras de la pareja contenían hardware para comunicarse de forma segura con los encargados en Moscú que estaba tan encriptado que ni los técnicos eslovenos ni estadounidenses podían descifrarlo. En un compartimento secreto dentro de su freezer guardaban cientos de miles de euros en billetes de banco crujientes.
Ahora, se espera que un juicio clasificado emita su primer fallo en las próximas semanas sobre la pareja acusada de realizar espionaje como “ilegales” o agentes de penetración profunda, dos engranajes cruciales en la guerra en la sombra de rápida expansión de Vladimir Putin con Occidente. (...)".
La identidad
Documentos judiciales argentinos sellados respaldan que Gisch ingresó al país con una visa de turista procedente de Uruguay y Mayer Muños llegó poco después desde México. Casi de inmediato, la pareja comenzó a reunir documentos, muchos de ellos fraudulentos, para obtener la ciudadanía.
Gisch afirmó que era un ciudadano austriaco nacido en Namibia, de madre argentina.
Mayer Muños afirmó que era mexicana y presentó un certificado de nacimiento diciendo que nació en Grecia.
La pareja se mudó al barrio de Belgrano, en Ciudad de Buenos Aires.
Mayer Muños asistió a una curso de relaciones públicas y se graduó con las mejores calificaciones.
Gisch abrió cuentas en el Banco Galicia y el Banco Macro.
En 2012, Gish solicitó la ciudadanía argentina y Mayer Muños la solicitó 1 año después.
En 2013, la pareja dio la bienvenida a una hija, Sophie.
El deschave
Instalados en Eslovenia, en su casa de 2 pisos, la pareja hablaba español con su hijo y su hija, dijeron los vecinos. Majda Kvas, de 93 años, dijo que nunca vio visitantes, pero recuerda que hicieron al menos 2 picnics familiares en el jardín. “Se mantuvieron reservados”, dijo. "Estaban callados, ni siquiera saludaban".
WSJ: "No estaban lo suficientemente callados."
El 24/02/2022, el mismo día en que Putin comenzó su invasión de Ucrania, la pareja estaba de regreso en Argentina, solicitando un procesamiento exprés de un pasaporte nuevo o limpio, antes de regresar inmediatamente a Eslovenia vía Frankfurt. Unos meses más tarde, la agencia de espionaje de Eslovenia, SOVA ('Buho'), recibió un consejo de una agencia aliada: deberían investigar a Gisch y Mayer Muños. Muy interesante el control de documentación argentina que realiza en especial la inteligencia estadounidense. Los principales funcionarios de seguridad de Eslovenia llamaron a sus aliados, quienes comenzaron a trabajar en una célula multinacional para rastrear sus movimientos en Ljubljana, Buenos Aires y en toda Europa. "Trabajamos juntos en el mayor secreto", dijo Volk, el secretario de Estado. "Fue un rompecabezas". "Los investigadores realizaron escuchas telefónicas, recopilaron mensajes de texto y otros datos de la pareja, que mostraban que se reunían con fuentes en países europeos. Los funcionarios eslovenos pudieron ver que sus empresas eran fachadas, financiadas con efectivo recaudado de sus manejadores y dinero de tarjetas prepagas, así como transacciones entre las dos empresas para dar la impresión de flujo de caja. En Argentina, la policía visitó la ciudad que Gisch había incluido en su solicitud de pasaporte y descubrió que nunca había vivido allí. En los discursos dados por los colombianos que presenciaron la boda de la pareja nadie había oído hablar de ellos. Eslovenia solicitó a Interpol las huellas dactilares de Artem Dultsev y Anna Dultseva y luego las envió a Argentina para compararlas con las de Gisch y Mayer Muños. Coincidieron."
Más preocupante fue que la pareja también había comenzado a espiar en Eslovenia: apuntando a la Agencia para la Cooperación de los Reguladores de la Energía, o ACER, el único organismo importante de la UE con sede en Ljubljana que coordina las acciones regulatorias entre el bloque en materia de electricidad y gas natural. La agencia, cuya sede está situada a unos 5 kilómetros de la casa de la pareja, aumentó su perfil después de la invasión de Ucrania cuando la energía se convirtió en un tema especialmente grave para el continente y Rusia utilizó su suministro de gas para exprimir la industria europea. ACER no respondió a una solicitud de comentarios.
Futuro canje
Cuando ellos fueron arrestados, otro par de presuntos ilegales rusos (una mujer y un hombre con pasaportes griego y brasileño) abandonaron abruptamente Atenas y Río de Janeiro. Ambos portaban pasaportes que los identificaban como Maria Tsalla y Ludwig Campos Wittich. Ellos aún estaban construyendo su 'leyenda' (la historia falsa de un espía) por separado en Grecia y Brasil, un proceso que las agencias de inteligencia occidentales estiman que cuesta millones de dólares por persona. Fueron llamados a regresar a Moscú por los responsables que temían el colapso de una red después de los arrestos en Eslovenia. La pareja falsa argentina es un posible componente en cualquier intercambio de prisioneros acordado con Rusia, incluidos aquellos que pueden involucrar a los estadounidenses encarcelados Paul Whelan y al reportero del The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, según altos funcionarios eslovenos y estadounidenses. El Kremlin ya ha expresado interés en recuperarlos en las conversaciones dirigidas por el antiguo aliado de Putin, Nikolai Patrushev, según personas familiarizadas con la situación.
(fuente: URGENTE 24)