Tras una cerrada votación y, cuando todavía el escrutinio oficial no daba a ninguno de los candidatos como ganador, Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado felicitaron al aspirante por el Frente Amplio, quien se hizo con el triunfo por poco más de 90.000 votos.
Después de recibir las felicitaciones del actual mandatario y del aspirante perdedor, Yamandú Orsi se convirtió en el nuevo presidente de Uruguay. Con una campaña centrada en la justicia social, el desarrollo sostenible y la unidad nacional, el abanderado del Frente Amplio logró conquistar el apoyo mayoritario de la ciudadanía, superando al aspirante oficialista, Álvaro Delgado.
Luego de lo que fue un reñido proceso que obligó a celebrar un balotaje, el político de 57 años ocupará el puesto más jerárquico del país sudamericano desde el próximo 1 de marzo de 2025, cuando sucederá en la Presidencia a Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional.
Nacido el 13 de junio de 1967 en una zona rural uruguaya, YAMANDÚ ORSI creció en un entorno humilde. Su padre trabajaba en un viñedo y su madre era costurera. Pasó su primera infancia en lo que él describe como una "tapera", una casa en ruinas que refleja las duras condiciones de su vida en aquel entonces. "En aquella época no había llegado la luz a esa zona", recordó sobre sus primeros años en Canelones, departamento que supo gobernar como intendente durante una década.
Luego de mucho sacrificio para sacar adelante un almacén familiar, Orsi se recibió de docente de Historia y dio clases en colegios públicos hasta que en 2005 fue convocado por el Frente Amplio para desempeñar su primer cargo político, secretario general de la intendencia de Canelones, en el que estuvo una década.
LA VIDA POLÍTICA DE YAMANDÚ ORSI
En las elecciones departamentales de 2015 fue electo intendente de Canelones, el segundo departamento más poblado después de Montevideo e importante motor de la producción agrícola e industrial uruguaya, cargo para el que fue reelecto en 2020 con el 51%.
En marzo de 2024 renunció a la intendencia, compitió en la interna del Frente Amplio y con comodidad ganó su candidatura presidencial.
Su trayectoria de vida lo hizo crecer en contacto permanente con la gente y es caracterizado por analistas y muchos actores políticos como un articulador y dirigente de diálogo: "Represento una forma de manejo de la cosa pública desde la izquierda donde nunca se renuncia a la búsqueda de acuerdos y a la ampliación de espacios de articulación", señaló.
De este modo, al imponerse en las elecciones, dijo que "voy a ser el presidente que convoque una y otra vez al diálogo nacional para encontrar las mejores soluciones. Por supuesto con nuestros planteos, pero también escuchando bien lo que nos dicen los demás".
Incluso, se mostró convencido de que será el presidente que "construya una sociedad más integrada" y aseguró que no dejará pasar la oportunidad de saludar a los militantes del Partido Nacional.