Un equipo de expertos argentinos de distintas especialidades y provenientes de los centros con mayor experiencia del país en el tratamiento del cáncer de pulmón, elaboró un documento que resume el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón.
En nuestro país se diagnostican unos 12.000 casos de cáncer de pulmón al año, lo que representa el 9,3% de todos los tumores, ubicándose en primer lugar como causa de muerte por cáncer. Y por lo general con muy mal pronóstico, porque apenas el 20% de las personas con esta enfermedad son diagnosticadas en estadios tempranos, cuando la probabilidad de curar a los pacientes asciende hasta el 90%, según el estadio. La mayoría recibe el diagnóstico en etapas avanzadas, cuando esa chance es menor al 10%.
Con el objetivo de comenzar a revertir este escenario y para abordar el problema del diagnóstico tardío, un equipo de expertos argentinos de distintas especialidades y provenientes de los centros con mayor experiencia del país en el tratamiento del cáncer de pulmón, ha elaborado un documento que resume el Consenso Argentino para el Tamizaje de Cáncer de Pulmón.
"El consenso intersociedades se publicó recientemente en la revista BMJ, un gran logro en nuestro país. La enorme validez de este documento es que resume el acuerdo, según distintas características inherentes al paciente y a su exposición epidemiológica, que lo coloca en situación de riesgo para padecer cáncer de pulmón", comenta la neumonóloga Iris Boyeras (MN 118.839), integrante de la Sección de Oncología de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), médica neumonóloga del Instituto de Oncología Ángel Roffo, y líder de la redacción de las guías que establece criterios para la detección temprana o tamizaje de cáncer de pulmón.
Son dos los criterios de selección clave que este consenso toma en cuenta para la recomendación de tamizar a las personas en mayor riesgo: la edad y el antecedente de tabaquismo. Una persona de entre 55 y 75 años con antecedentes de tabaquismo, con historial tabáquico de 30 paquetes por año (equivalente a 600 cigarrillos), que fume en la actualidad o haya dejado el cigarrillo dentro de los últimos 15 años) debe someterse a estudios de detección temprana.
La frecuencia del estudio debe ser anual, en opinión de los panelistas que participaron de las cuatro rondas del consenso, y siempre e inexorablemente ir acompañado de un programa de cesación tabáquica, difusión y educación a la población sobre los beneficios relacionados con la detección temprana y el trabajo multidisciplinario de los especialistas en el diagnóstico, seguimiento y tratamiento de esta enfermedad.
Un dato no menor es que más de la mitad de los diagnósticos por cáncer de pulmón (58%) ocurre en las regiones menos desarrolladas, a lo que se suma una alta tasa de diagnóstico tardío y la consecuente disminución de las posibilidades de supervivencia. Debido a la inequidad en el acceso a la salud, deben formularse con especial cuidado el seguimiento médico en esos casos particulares y además se debe contar con estrategias para la toma de decisiones ante hallazgos incidentales no relacionados con nódulos pulmonares.
Si bien es fundamental destacar que la gran mayoría de los casos de cáncer de pulmón están relacionados al tabaco, el foco de la discusión actualmente es cómo implementar los programas de detección temprana para que sean sostenibles en el tiempo, cómo seleccionar la población objetivo sin crear inequidades y en disminuir los riesgos inherentes a la intervención. Por el contrario, se observó que el tamizaje del CP puede salvar vidas y que el mejor método es con la tomografía computarizada de baja dosis (TCBD) con resultados muy por encima de, por ejemplo, la radiografía de tórax o la citología de esputo. Sin embargo, las tasas de implementación de programas de Tamizaje con TCBD a nivel mundial son bajas (4.5% de la población elegible), y en Latinoamérica se han reportado sólo aislados esfuerzos al respecto.
“Existe un valor adicional para este trabajo y es el esfuerzo, no sólo de elaborarlo, sino de lograr su publicación en una revista indexada, en idioma inglés, y con un altísimo factor de impacto (39.89). Esto último indica la influencia de las publicaciones realizadas en esa revista en la conducta de los profesionales a nivel global, prestigiando, una vez más, el trabajo científico al cual hacemos referencia y que expresa a la comunidad científica mundial cuál es la posición argentina frente al tamizaje de cáncer de pulmón.”, explica la Dra. Karina Patané (MN 95234), Coordinadora de la Sección Oncología de la AAMR.
El equipo de profesionales desarrolló, además, un registro colaborativo de las instituciones que ya están trabajando con programas de tamizaje, dado que federalizar la oportunidad de acceso a este método ayudará a salvar vidas. El objetivo final en un futuro es lograr que, así como se realizan anualmente las mamografías de control que permiten diagnosticar en forma temprana el cáncer de mama, de la misma manera se activen programas de rastreo tomográfico para la detección precoz del cáncer de pulmón.
El cáncer de pulmón es la forma más frecuente de cáncer en todo el mundo, con aproximadamente 2,2 millones de nuevos casos al año y 1,8 millones de muertes anuales. De cada 10 personas que lo padecen, nueve son fumadoras. Para prevenir es fundamental dejar de fumar, para aumentar las chances de éxito en el tratamiento es clave un diagnóstico temprano.