Hubo un momento en el que Kevin Zenón se hartó y quiso dejar de intentar. Entonces tenía 15 años, jugaba en Atlético San Ramón de Goya, la ciudad correntina en la que nació y se crio, pero las puertas de los clubes que competían en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se le cerraban. Después de probarse en River y Newell’s, tenía decidido regresar a su pueblo y continuar jugando allí.
Pero como las cosas importantes en la vida a veces pasan de la manera menos pensada, en el camino de regreso a casa
hizo una parada en la capital de Santa Fe para tener un último intento en Unión. Una sola prueba alcanzó para que lo ficharan y allí su historia cambió para siempre. Sin esa decisión espontánea, probablemente Boca no se habría convertido en su nuevo equipo para este 2024.
Zenón, 22 años, volante zurdo, otro producto del fútbol regional, es la segunda incorporación del Xeneize para el inicio del ciclo de Diego Martínez. También es el futbolista más joven que compró la dirigencia desde que Juan Román Riquelme arribó a fines de 2019 para hacerse cargo del club, primero como vice, ahora como presidente (Ezequiel Bullaude llegó con la misma edad, pero a préstamo). La salvedad es Leandro Brey, quien arribó con 19 años desde Los Andes en 2022 pero, a no ser por alguna eventualidad, siempre jugó en Reserva y fue una apuesta a futuro.
El 29 de octubre de 2020, Zenón debutó en la Primera de Unión ante Emelec por la Copa Sudamericana y el 9 de diciembre lo citaron a los entrenamientos de la Selección Sub-20 que dirigía Fernando Batista. Durante 2023 también recibió el llamado de Javier Mascherano para la Sub-23, aunque todavía no le tocó participar de ningún torneo.
Zenón, ya de adolescente, jugando para el Club Atlético San Ramón.
Rubio, zurdo y con una pegada precisa -de sus pies nació el gol ante Tigre en la última fecha de la Copa de la Liga que salvó al equipo del descenso-, el kilómetro cero de su vida futbolística está en la Liga Goyana de Fútbol. Allí comenzó a los cuatro años defendiendo los colores de Central Goya. Carlos Gómez fue su primer DT. A los 9 pasó a Huracán de la misma ciudad y con 12 su último destino fue el Club Atlético San Ramón. En esa institución, con solo 15 años, tuvo minutos en el equipo de Primera, nuevamente con Gómez en la dirección técnica.
En 2017 también integró el conjunto sub-17 que se quedó con el torneo provincial de la división que organiza la Federación Correntina de Fútbol. Allí compartió plantel con Guillermo Enrique, lateral derecho de Gimnasia y Esgrima La Plata con quien mantiene una estrecha amistad. Aunque en su historia también hay un lazo con el ADN xeneize, porque Central Goya es el mismo club en el que comenzó a jugar Francisco Pedro Manuel “Pancho” Sá, aquel zaguero multicampeón con Independiente y Boca. El recordado central, con la azul y oro, levantó dos Libertadores y la Intercontinental del 77 y, por si fuera poco, también se calzó la de Huracán de Goya.
Zenón se preparaba para disputar el Federal C, la quinta categoría de AFA, cuando lo adoptaron en Unión. Antes, las frustraciones. Le cerraron las puertas ni más ni menos que en River y en Gimnasia y Esgrima La Plata. En enero de 2018 gustó en Newell’s, pero como el período para sumar futbolistas al equipo que competía en AFA estaba cerrado, debía representar al conjunto local. Cansado de que no se le diera, había decidido regresar a Goya y dejar de insistir. “Cuando uno no queda en esos clubes se empieza a hacer la cabeza, que no va más, y ahí es cuando aparece la familia para seguir intentando”, reflexionó en una entrevista con el programa Mundo Central TV, dedicado a seguir la actividad del club Goya, que se puede ver por YouTube. Allí también explicó el desenlace feliz de su historia: “Tenía pensado dejar todo y venirme, pero justo antes de volver, de pasada, me probé en Unión, me fue bien y enseguida quedé”.
Zenón, en 2017, jugando para Central Goya. Foto: Facebook de Ramón Alegre.
Ese “quedé” que materializó el sueño que tanto había buscado fue posible gracias al ojo de Marcelo Aranda, jefe de captación de Unión, quien trabaja en el club desde 2011. “Estaba por cumplir 16 y lo trae Marcelo Piazza -exdirigente del club-. Lo veo una tarde en el predio de los molinos y notamos que tenía cosas innatas. Era un zurdo con buenas características individuales. Tenía un juego muy vertical. Uno en captación trata de equivocarse lo menos posible. Cuando tenés un talento como Kevin, te das cuenta que tiene un gran futuro. Después depende de él y del entorno. Ese día ya lo dejamos en el club”
Aranda, responsable de sumar a las inferiores del club a juveniles que surgieron en el último tiempo y el Tatengue vendió o aún tiene en sus filas, como Imanol Machuca, Franco Calderón, Lucas Esquivel y hasta Joaquín Mosqueira, destaca la influencia del técnico del primer equipo, Cristian González, en el desarrollo de Kevin por compartir posición. “Puede jugar en un 5-3-2 o 4-3-3, por afuera o como interno. Cristian lo pulió y obvio que debe seguir aprendiendo. Él se probó como mediapunta, atrás del 9”, describe y, por su forma de moverse por el campo de juego, lo compara con el ídolo y actual mánager de River, Enzo Francescoli: “Yo decía que es un Francescoli zurdo. Elegante, vertical, con buena pegada de afuera del área. Después lo pusimos de volante por la izquierda”.
De perfil bajo, apenas ha brindado entrevistas. Pero se sabe que es amante de la pesca. No podía ser de otra manera: en Goya se celebra cada año la Fiesta Nacional del Surubí. Por eso cuando está descansando en su ciudad aprovecha para tirar la caña. Hijo de Andrés y Verónica, durante su camino la familia siempre estuvo sosteniéndolo. ”Tuvo la suerte de que ademas de jugar bien es inteligente y tiene una familia que lo acompaña. El papá Andres siempre estuvo. Ordena su camino”, agrega Aranda.
A fines de 2023, cuando ya empezaba a ser vinculado a Boca en los medios, Zenón se recluyó unos días en la tranquilidad de Goya. El 22 de diciembre participó de un partido a beneficio que organizó el club San Ramón y del que fueron parte los futbolistas que vio nacer la ciudad, como su amigo Enrique, Lautaro Chavez, otro que juega en el Lobo, y Emanuel Dening, quien emigró al fútbol turco. La entrada fue a cambio de un alimento no perecedero y al día siguiente lo recaudado se entregó a quienes necesitaban una ayuda en la previa a la Navidad. Kevin llevó adelante el reparto en una camioneta.
Fotos: Club Atlético San Ramón
Con esa misma entrega que mostró fuera de la cancha, se abrió paso en el profesionalismo. Después de haber llegado como enganche, en Unión jugó en varias posiciones, siempre con la banda izquierda como su hábitat natural. Antes de su estreno, el técnico Juan Manuel Azconzábal lo llamó para contarle sobre la nueva posición: lateral izquierdo. “El miércoles en la práctica me dijo que sabía que no era mi posición, pero que quería probarme ahí, que le hiciera caso a la línea del fondo y lo escuchara mucho al ‘Mugre’ Corvalán”, detalló en una nota con Soy Deportes. Con la aparición de Esquivel, recuperó su lugar más adelantado.
Desde esos días y hasta la previa a que se cerrara su arribo a Boca, el zurdo estuvo en contacto con Aranda. “Lo veo con muchas ganas y ansioso. El otro día le dije algo muy simple, que debe sonreír todo el tiempo, sino la magia la pierde -revela el captador-. Si está feliz dentro de la cancha, dará lo mejor. El mensaje fue: ‘Disfrutá y sonreí que la capacidad la tenés’”.