La caída de los bonos sacudió todo el escenario económico e hizo saltar la cotización de los dólares paralelos. ¿Qué hará el Gobierno en este escenario?
Tal como habían anticipado los analistas de la City, el fuerte derrumbe de los bonos argentinos de los últimos días hizo subir la cotización de los distintos dólares paralelos (el blue y los financieros), que volaron por los aires en las últimas jornadas tras meses de permanecer calmos. Y, ahora, el gran dilema para los analistas en la City es cómo alterará esto la política económica y financiera.
Recordemos que los dólares paralelos y el solidario -que es el tipo de cambio oficial más impuestos- tenían hasta mediados de la semana pasada cotizaciones muy parejas. Este último cotizaba incluso por encima de los demás, alrededor $209, mientras el informal se ubicaba en torno a los cotiza a $205 para la compra y $208 para la venta; y los financieros estaban en $210 el MEP y $211 el contado con liquidación (CCL).
Esto se daba en un contexto en el que el dólar blue venía bastante calmo, aunque con leve tendencia alcista, mientras que el oficial seguía apreciándose mes a mes según el ritmo que le imprime el Banco Central (BCRA). En tanto, los financieros estaban en suba, aunque muy tranquilos.
Se trataba de una casi-paridad atípica porque, mientras para comprar el solidario hay un límite de u$s200 por persona que debe ser autorizado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el dólar blue no tiene restricciones para la compra, se puede adquirir sin declarar origen de los fondos y es anónimo. Y esa disparidad de requerimientos hacía esperable que el dólar informal fuera más caro.
La pax cambiaria llamaba la atención de los analistas en un contexto de fuerte ruido político e incluso, tal como menciona Mateo Reschini, Senior Research Analyst de la consultora Inviu, era sorprendente "en un contexto en el que al BCRA le está costando formar reservas". Pero la calma tuvo un final repentino por el impacto de la masiva salida de capitales de los bonos, sobre todo de los CER, generada por los Fondos Comunes de Inversión, pero que luego se hizo expansiva a otro tipo de inversores e instrumentos.
Es cierto que mayo, junio y julio suelen ser meses de fuerte ingreso de dólares para la Argentina por la liquidación de la cosecha de soja y eso es garantía, habitualmente, de calma cambiaria. Pero este año se está dando una particularidad, y es que el peso de las importaciones de energía y combustible está dificultando el proceso de acumulación de reservas por parte del BCRA.
Tal como explica Diego Martínez Burzaco, director de la consultora Inviu, "las dudas sobre cómo el Tesoro va a hacer para paga toda la deuda y las desconfianza respecto del cumplimiento de la meta fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI) desalientan las posiciones en deuda local en pesos y en dólares". Esos fueron los principales desencadenantes de la actual crisis de deuda y cambiaria, pero, por otro lado, el economista menciona también que "preocupa el hecho de que el BCRA no esté logrando comprar fuertes volúmenes de dólares en este momento del año".
Advierte que el gran tema es que hay mucho miedo de cómo puede ser la tendencia del dólar en la segunda mitad del año. Eso genera gran incertidumbre en el mercado y una tendencia a la dolarización de cartera.
Así es como junio está resultando bastante agitado en los distintos mercados del dólar, con un blue que este lunes cotizó $213 para la compra y $216 en la venta, pero el principal salto se dio en los financieros, con un MEP cercano a los $230 y un CCL por arriba de los $239.
"Con estos números sobre la mesa, los esperable es que se modifiquen los planes del Gobierno en cuanto a reforzar la confianza en el futuro económico", anticipa el economista Federico Glustein frente a este escenario. Y es que observa, al igual que Martínez Burzaco, que la caída de los bonos reflejó el descontento del mercado con el rumbo.
Así, señala que estas subas de los dólares paralelos son abruptas y, aunque se encuentran aún por debajo del incremento acumulado del año respecto del oficial, muestran que, en momentos de inestabilidad, los recursos financieros van siempre al dólar en Argentina.
Respecto de lo que puede venir en materia de política económica, Glustein anticipa que "una posibilidad es que el BCRA salga a subir la tasa para compensar levemente en esta licitación que se aproxima", pero considera que deberá hacerlo con mayor nivel para recuperar la estabilidad en el mercado paralelo, contrario a la posición que hubiera tenido si no surgía esta corrida sobre el CCL.
En tanto, descarta que se dé un mayor nivel de cepo cambiario porque señala que, a pesar de todo, el BCRA viene pudiendo comprar divisas en el mercado oficial, lo que indica que cuenta con recursos para evitar respuestas negativas.
Por su parte, el director de Analytica, Claudio Caprarulo, opina que "el desarme de posiciones de deuda atada a la inflación genera un punto de inflexión en el programa monetario y financiero del Gobierno" y apunta que el aumento de la cotización de los dólares paralelos es una de las consecuencias.
A raíz de esta situación, el economista espera "que se dé un cambio en la política económica del Gobierno". Asegura que cuentan con herramientas para evitar un salto mayor en la presión sobre el mercado cambiario y que la intervención del Central en el mercado secundario va en esa línea.
Así, aunque es esperable que se den ciertas correcciones en la política cambiaria y de tasas en los próximos días, el economista Pablo Ferrari apunta que "los planes del gobierno no cambian en cuanto al rumbo, por ahora atado al acuerdo con el FMI".
Advierte que las reservas son escasas y que, en consecuencia, con una situación local y mundial compleja, habrá presión para una aceleración de la devaluación del peso, contexto en el cual, por el acuerdo con el Fondo, "el BCRA deberán subir las tasas nominales para que las reales sean superiores a la inflación".