Las principales fábricas de alimentos se reunirán con el Banco Central el próximo miércoles. Alarma entre los empresarios por las importaciones.
La anécdota sirve como botón de muestra de lo que está sucediendo en distintos sectores de la industria por la falta de acceso a dólares y la escasez de gasoil: uno de los principales importadores de alimentos enlatados se comunicó con sus clientes para comunicarles que los pedidos quedaban suspendidos hasta "nuevo aviso".
Otra importadora -ésta de productos e insumos plásticos- tomó la misma decisión. A través de un mensaje escrito de WhatsApp aclaró que respetaría todas las entregas pendientes pero no tomaría más pedidos "por ahora".
La tercera referencia, una fabricante de aceite de girasol. Frenó todas las entregas por la crisis del gasoil. Sus camiones no pueden salir desde la zona norte del país. La crisis es tan dramática que impide la llegada de los transportes hasta los puertos para la exportación, lo que pone en peligro -a su vez- el ingreso de dólares al país, que la Argentina precisa como oxígeno, ahora más que nunca.
Son tres fotos que hoy en día ilustran la situación que atraviesa la economía, con escasez de divisas y serios faltantes de gasoil.
Las últimas medidas del Banco Central, que en la práctica trabaron las importaciones durante esta semana, le permitieron a la autoridad monetaria capturar dólares para las reservas. En tan sólo tres días compró la friolera de u$s983 millones. Ayer, miércoles, fue la adquisición más grande en los últimos seis años: u$s583 millones.
La cuestión no es gratuita, para nada. Tiene costos; algunos inmediatos, como los desplegados más arriba.
Las principales empresas de la alimentación se juntarán con Miguel Pesce, titular del BCRA, el próximo miércoles. Allí conviven distintas realidades; no todas dependen de las importaciones en la misma proporción. La mayor preocupación se refiere a las compras de insumos para la producción, que el Gobierno aseguró que no faltarán.
En la previa, desde el Banco Central se muestran receptivos: "Esperamos aportes inteligentes para superar los problemas coyunturales del mercado cambiario. Todos queremos defender el crecimiento y el empleo", comenta una fuente del BCRA ante la consulta de iProfesional.
Los ejecutivos de las compañías no disimulan la preocupación: se habían reunido con Pesce y con Martín Guzmán hace menos de una semana, horas antes de que los mismos funcionarios lanzaran las medidas con las nuevas condiciones para importar.
"Durante el encuentro, el ministro nos habló de tranquilizar la economía y de transitar juntos hasta septiembre, cuando llegaría el momento de volver a comprar dólares para las reservas, una vez que aflojaran las importaciones de gas y combustibles, en pleno invierno. Nos fuimos y cambiaron todas las reglas de juego. Así es mucho más difícil. ¿Para qué nos reunimos?", se queja con amargura uno de los ejecutivos de la Copal, la cámara que agrupa a las principales fábricas alimenticias del país.
Para encontrar alguna clave de lo que viene hay que leer (o escuchar) a Guzmán: "Para poder darle continuidad a este proceso de crecimiento económico con generación de empleo y para construir las anclas que la Argentina necesita para atacar la problemática de la inflación es necesario poder fortalecer la acumulación de reservas", dijo ayer miércoles el ministro durante una conferencia de prensa.
No hay otra chance: Guzmán convenció a Alberto Fernández que para seguir adelante hay que evitar una devaluación. Un escenario cada vez más probable si -tal como venía sucediendo en los últimos meses-, el Banco Central no puede quedarse con los dólares de las exportaciones.
Esa dinámica llevó a Cristina Kirchner a opinar sobre la cuestión en las últimas dos apariciones en público.
La vicepresidenta habló de "festival de importaciones". Y mencionó la existencia de "el deporte nacional de apoderarse de las reservas del Banco Central". Incluso le pidió al Presidente "agarrar la lapicera" y "gobernar".
Pasaron pocas jornadas entre el último discurso de Cristina Kirchner y las disposiciones del Banco Central.
Lo que viene: ¿frío y más inflación?
Las empresas consultadas por iProfesional prefieren esperar algunos días antes de salir a contar de su incertidumbre por si tendrán divisas para seguir trabajando.
Las críticas se concentran también en la falta de gasoil. A tal punto que uno de los empresarios más conocidos -Martín Cabrales, dueño de la empresa de café homónima- reconoció que preferiría tener gasoil para sus camiones antes que combustible para calefaccionarse en su hogar.
Las principales consultoras económicas ya advirtieron que estos problemas -la escasez de divisas y los inconvenientes con el gasoil- implicarán un recalentamiento de los precios y un enfriamiento de la actividad económica.
Es lo que le planteará la Copal a Pesce, la semana que viene.
Asimismo, por la crisis del gasoil, las cuatro entidades rurales nucleadas en la Mesa de Enlace ya anunciaron una jornada de cese de actividades para el próximo miércoles 13 de julio.
La actividad sufre
El impacto negativo sobre la actividad económica parece irreversible y luce más fuerte de lo que el propio Gobierno evaluaba hasta hace algunas semanas. Las principales consultoras económicas ya lo están midiendo.
La consultora de Orlando Ferreres detectó que ya en mayo se dio una sensible retracción de la actividad. Ese mes finalizó con una caída de 1,2% versus abril. Nada menos. Contra mayo del año pasado dio una mejora del 7,2%, pero por la sencilla razón de que aquel mes hubo un parate de la economía por la expansión del Covid, destaca OJF.
Aun antes de las últimas medidas con restricciones para las importaciones, la consultora dirigida por el economista Fausto Spotorno detectó una dinámica muy complicada para la actividad. A tal punto que pronosticó "mayores deterioros".
El límite que puso el Gobierno para septiembre u octubre, como el final de las restricciones, luce muy lejano.