En las arcas del organismo que conduce Miguel Pesce hay -según la consultora que las mida- entre US$500 y US$1000 millones en términos netos.
Las reservas internacionales en dólaresson hoy, como muchas cosas en la economía argentina, un bien escaso. En las arcas del Banco Central hay -según la consultora que las mida- entre US$500 y US$1000 millones en términos netos, es decir, en verdadero poder de fuego para intervenir en el mercado cambiario.
Los importadores, los compradores del cupo mensual de US$200, los organismos multilaterales que demandan pagos de intereses o capital de deuda forman parte de la demanda de dólares a la que el Banco Central tiene que atender con sus instrumentos más líquidos, con su “cambio chico”.
Esas son, entonces, las reservas netas:los dólares que realmente tiene disponibles sin tener que recurrir a un costo de endeudamiento o a ítems dentro de su balance que no debería tocar si quiere mantener la estabilidad económica.
A medida que se van terminando las reservas netas, entonces, se van utilizando los ítems “no tan líquidos” o los que no están disponibles inmediatamente, ya sea en tiempo o en costo. Eso es lo que declaró esta semana el presidente del BCRA, Miguel Pesce, cuando dijo estar utilizando el swap con China -a un costo del 10% anual en dólares, aproximadamente-.
El término “reservas internacionales netas” parece muy alejado de la realidad de todos los argentinos; pero en realidad, en un país como este, importa, y mucho. Estas son algunas de las respuestas a preguntas importantes para entender por qué los economistas y analistas están mirando con lupa las arcas del BCRA y qué puede pasar de aquí en adelante.
¿Por qué es importante para la Argentina tener reservas en dólares?
“Las reservas internacionales le permiten a un país amortiguar y transitar de mejor manera los impactos negativos que pueden venir del resto del mundo”, explica, a grandes rasgos, el economista Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria.
Sin embargo, no es un dato que importe en todos los países. “No miramos las reservas del Banco Central Europeo o de Estados Unidos y hablamos poco de otros países emergentes -señala María Castiglioni, socia de la consultora C&T Asesores Económicos-. En cambio, la Argentina tiene un historial negativo de defaults y reestructuraciones, y además un cepo cambiario y riesgo país alto que nos dejan afuera de los mercados financieros”.