La inflación acumulada en lo que va del año superaría el 56 por ciento. Qué va a pasar con los plazos fijos y los costos de las deudas.
El informe que ayer miércoles después del mediodía circuló entre funcionarios del equipo económico despejó las pocas dudas que todavía había entre los economistas: la inflación de agosto cerró en torno al 7%, por encima de las estimaciones preliminares que habían hecho en el gabinete.
Lo más preocupante es que el rubro alimenticio habría terminado agosto con aumentos por encima del promedio, de acuerdo a la información que manejan los propios funcionarios. Es decir, que la inflación de los alimentos se ubicó por arriba del 7%, siempre de acuerdo al monitoreo de los precios de "alta frecuencia" que siguen en el equipo económico.
Con estos registros en su poder, Miguel Pesce decidiría, junto al resto del Directorio del Banco Central, una nueva suba de las tasas de interés.
"La decisión es mantener las tasas positivas, por encima de la inflación", aseguró una fuente del equipo de Sergio Massa a iProfesional.
Cuándo subiría la tasa de plazos fijos
El último ajuste de las tasas de interés dejó el rendimiento de los plazos fijos en el 5,8% mensual. Claramente por detrás del 7% que dejaría la inflación de agosto, si se cumplen las evaluaciones oficiales.
No está previsto que el retoque en el costo del dinero suceda en la reunión de Directorio del BCRA de esta misma tarde. La clave sucederá el próximo miércoles 14, cuando el INDEC divulgue el IPC de agosto.
En caso de que se confirme una inflación del 7% para agosto, el acumulado en ocho meses de este 2022 ya ascendería al 56,4%. Muy cerca de la pauta salarial que firmaron los principales sindicatos del país para todo el año.
Por eso mismo, ahora la mayoría de ellos puja por la reapertura de las negociaciones. Algunos gremios ya lo lograron, como la UOM y Comercio. Pudieron adelantar aumentos que habían previsto para los próximos meses.
La pregunta, a partir de ahora, es si el Gobierno habilitará la reapertura de todas las negociaciones -algo que reclama la CGT- o si va por el otorgamiento de un bono de suma fija (se menciona la posibilidad de $30.000), como pide el kirchnerismo.
La inflación complica a Massa
Junto a la débil captación de dólares para las reservas del Banco Central, la aceleración inflacionaria enturbia los planes de Massa.
Una cuestión va ligada a la otra: el Banco Central no puede juntar dólares pero no puede devaluar más aceleradamente el peso -para tentar a los exportadores a liquidar sus divisas- porque esa dinámica aceleraría aún más el proceso inflacionario.
Al respecto, existe una negociación abierta con las cerealeras para habilitarles durante un mes un régimen especial para poder obtener $200 por cada dólar que liquiden en la ventanilla del Banco Central.
La escasez de divisas empeora el escenario de los precios. Sin tener la certeza de la cotización del dólar al que repondrán sus insumos o productos, las empresas no tienen otra alternativa que "remarcar por las dudas".
No saben el valor de reposición de la mercadería que venden. Y por ese mismo motivo prefieren acumular stocks antes que vender. O directamente le ponen un margen mayor a su mercadería para cubrirse de una devaluación.
Apretón monetario a la vista
Desde que asumió, hace un mes, Massa aceleró la tendencia alcista de las tasas de interés. Quiere que el costo del dinero se ubique por encima de la inflación.
En dos semanas, el BCRA elevó la tasa de referencia en alrededor de 20 puntos. El último ajuste fue a mediados de agosto. La tasa de las Leliq pasó a 69,5% nominal anual, lo que colocó a la tasa Efectiva Anual en el 96,8%. A su vez, el rendimiento de los plazos fijos pasó al 5,8% mensual.
Está claro que si se confirma una inflación cercana al 7% en agosto, esos indicadores habrán quedado desactualizados y será necesaria una corrección.
La inflación de agosto, liderada por los alimentos, también fue empujada por otros rubros, como el incremento del 40% en el transporte público y la telefonía móvil (algunas empresas aumentaron 19% el abono)
Como ya publicó iProfesional, las principales empresas fabricantes de alimentos enviaron nuevas listas de precios con fuertes aumentos a sus clientes, cadenas de supermercados y mayoristas.
Las subas promedian del 7% al 8%, con lo que da una idea de la temperatura inflacionaria que tendrá el próximo mes.
Los aumentos abarcan a prácticamente todos los productos de la canasta básica alimentaria: fideos, arroz, azúcar, harinas, aceites, lácteos y enlatados de legumbres. También bebidas sin alcohol.
En principio, las compañías líderes no tienen planeadas remarcaciones adicionales en forma masiva, más allá de alguna corrección puntual que surja a mitad de mes en algunos rubros sensibles -como los aceites o el café-, que están atados a la situación de los precios a nivel global.
Este primer ajuste en las listas de precios le pone un nuevo piso a la inflación del costo de la comida de cara al mes que viene. Para tener un panorama integral habrá que monitorear la evolución de otros comestibles de la mesa familiar, como las carnes y los lácteos.
Esta dinámica de alzas continuas en los alimentos es la máxima preocupación de Sergio Massa. Sin embargo, aún no se conocieron medidas por parte del secretario de Comercio, Matías Tombolini.