Fue una de las 65 maestras norteamericanas que Sarmiento contrató. Nació en Indianápolis, murió en Buenos Aires y está enterrada en la ciudad de Goya.
Antes de morir le expresó en susurros a su amiga Rachel, quien vino de los EE.UU para acompañarla en su tramo final de una penosa dolencia “ Déjenme regresar a Goya”.
Como el país carecía de maestros, Sarmiento en su presidencia creó las Escuelas Normales para formarlos. Se contrataron 65 maestras norteamericanas para difundir la instrucción pública. La educación primaria pasó a ser una especialidad y la mujer estuvo al frente de esa labor. Entre esas 65 brillantes docentes del país del norte llegó Isabel King, en el año 1883, con el grupo de Clara Armstrong.
Después de graduarse enseñó en las escuelas de Indianápolis en 1874. Tenía además una gran experiencia en el manejo de los niños. Al llegar a la Argentina fue destinada a Catamarca, donde tuvo cuatro meses de adaptación. Luego fue designada en Concepción del Uruguay con un sueldo de $ 180 mensuales. Se desempeñó allí como Regente de la Escuela y Vice-directora, enseñando matemáticas, pedagogía y dibujo.
El doctor Mariano I. Loza promovió, a pedido de la comunidad goyana, la creación de una Escuela y todos coincidían en que debían enseñar en ella las mejores maestras que existieran en el mundo. Esto llevó al Ministerio de Instrucción Pública de la Nación a designar a las hermanas King y la ciudad de Goya se vistió de fiesta para darles la bienvenida.
Isabel King impartía a sus estudiantes todas las enseñanzas que podían asimilar. Organizaba conciertos, bailes, excursiones escolares, clases de higiene personal, etc. Hizo viajar a sus alumnos por lejanos países por medio del revolucionario equipo que había llevado consigo de los Estados Unidos: una linterna mágica accionada por una corriente eléctrica de 400 voltios. (Es el antecedente del proyector que conocemos en la actualidad). La escuela era su vida y allí se la encontraba siempre; conocía todos sus grados, desde el Jardín de Infantes hasta el curso normal.
Hacía ya seis años que la escuela de Goya estaba en funcionamiento, cuando las hermanas King decidieron regresar a su patria; lo hicieron en 1893, junto con casi todas las otras maestras del Norte, para la gran Exposición de Chicago. Su amiga Rachel regresó a la escuela de Boston a realizar un curso de especialización para Jardín de Infantes. Isabel no encontró en los Estados Unidos una escuela que le brindara las satisfacciones que halló en Goya y retornó en el año 1895 hasta 1898, año en que el Ministro de Educación le pidió que regresara a Concepción del Uruguay. Estuvo muy pesarosa de abandonar Goya, y siempre repetía “¡Cómo me querían en Goya!”.
Goya le hizo una despedida histórica. Gran cantidad de amigos se embarcaron con ella para acompañarla en su viaje de regreso. Tan grande fue su obra docente y el respecto y admiración que obtuvo entre nosotros, que el Ministerio de Educación la designó en el año 1900, delegada para llevar la voz de las maestras argentinas a una asamblea del congreso de Mujeres en París.
Hasta el año 1903 continuó dirigiendo la escuela de Concepción del Uruguay, cuando era Ministro de Educación de la Nación el correntino doctor Juan Ramón Fernández.. Allí se enferma de cáncer y fallece, el 4 de junio de 1904.
Fuente: http://www.historiasderaffo.com.ar/efemerides/junio/04-junio.html
Fotografía coloreada por Darío A. Núñez.