En el banquillo de los acusados estarán los presuntos líderes de la banda de captores, Rodolfo Lohrmann y José Maidana, quienes se mantuvieron prófugos hasta que en 2017 fueron detenidos en Portugal, acusados de robar bancos y blindados.
Se cumplen mañana 18 años del secuestro del estudiante correntino Christian Schaerer, cuyos restos nunca pudieron ser hallados. Se aguarda un nuevo juicio por el caso, el cual tendrá en el banquillo de los acusados a los presuntos líderes de la banda de captores, Rodolfo Lohrmann y José Maidana, quienes se mantuvieron prófugos hasta que en 2017 fueron detenidos en Portugal por otros delitos.
Lohrmann, conocido como “Ruso”, y Maidana, alias “Potrillo”; son los imputados número 13 y 14 que tiene la causa penal que se inició el 21 de septiembre de 2003, con la captura de la víctima a manos de una organización criminal que cobró 277.300 dólares de rescate.
Ese Día de la Primavera, Christian Schaerer fue secuestrado cuando llegaba a su casa del barrio Ex Aeroclub de la ciudad de Corrientes y nunca más se supo su paradero.
Por su parte, Lohrmann y Maidana se encuentran alojados en una cárcel de máxima seguridad de Portugal donde purgan una condena a 8 años de prisión por robos cometidos, principalmente, a bancos y a camiones blindados, una especialidad para la que reclutaron manos expertas del hampa europeo.
Sus paraderos fueron un misterio durante 14 años para los investigadores del caso Schaerer hasta que fueron detenidos en Portugal. Luego, ambos quedaron procesados por la Justicia Federal correntina, al tiempo que a Lohrmann ya le fue concedida la extradición para ser juzgado en la Argentina.
De acuerdo con las normas que rigen el procedimiento en estos casos de interés internacional, Portugal tiene la obligación de hacer cumplir al delincuente al menos una parte de su condena en Lisboa con lo que podría aterrizar en nuestro país recién en algunos años.
Lohrmann y Maidana cayeron en manos de los investigadores europeos luego de exhaustivos seguimientos en detalle por parte de la policía lusa, que, según el fiscal correntino Flavio Ferrini, “actuó con un enorme profesionalismo”.
En febrero de 2018, Ferrini junto con el por entonces juez federal de Corrientes con intervención en la causa de Schaerer, Carlos Soto Dávila, viajaron a la cárcel de Aveiro donde siguen detenidos Lohrmann y Maidana para interrogarlos.
Ambos imputados declararon sobre el hecho, pero sin dar detalles que logren dirigir la pesquisa al lugar que se convirtió en un objetivo de máxima para Ferrini y las demás autoridades federales de Corrientes: hallar los restos del joven.
En ese sentido, en 2019, un pormenorizado trabajo de investigación recaló en Brasil, donde ubicaron a un canoero de la zona de la ciudad de Uruguayana, clasificado en la causa como testigo de identidad reservada y que aportó una declaración considerada verosímil por Ferrini y ajustada al plexo de evidencias recolectadas a lo largo del caso.
El canoero declaró tras una negociación intensa y ubicó al sitio del destino final de Christian en un arroyo formado por las curvas que el río Uruguay dibuja sobre la costa brasileña a la altura de la frontera entre Paso de los Libres y Uruguayana.
Hasta ese arroyo llamado Imboa fue Ferrini junto con un equipo multidisciplinario en el marco de una enorme articulación bilateral, en la que se llevó a cabo una evaluación de impacto ambiental previa al drenaje de un sector del curso de agua para dar con restos del joven secuestrado.
Los resultados fueron el hallazgo del cabo de una pala y trozos de una bolsa de polipropileno, así como algunos huesos que se determinó luego que eran de origen animal.
La hipótesis con la que concluyó este trabajo fue que por el lastre de la corriente en el arroyo Imboa, donde el agua produce un influjo de entrada y salida, los restos del joven fueron arrastrados al río Uruguay.