Fue un Mazzanti directo al mentón. La corrida inolvidable de Walter que hizo estallar de algarabía al Ducó mandó a la lona a un River que parece empecinado en complicarse. Porque la tranquilidad que le había dado la Supercopa Argentina le duró un suspiro. Primero, se compró un problema con el 0-4 en un amistoso postergado ante Independiente Rivadavia.