El obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecin, adhiere a las expresiones del representante de la Iglesia ante los legisladores nacionales. Con esa frase denuncia que, al darles un celular, no solo les damos comunicación y acceso a información, sino también un dispositivo cargado de sistemas diseñados para atraparlos, como si llevaran un casino en el bolsillo.